lunes, 25 de agosto de 2014

Segunda sesión: Historia Eclesiástica

1.       El significado del Pentecostés.
Pentecostés era una fiesta judía que se celebraba cincuenta días después de la Pascua. La pascua, era la más importante de las siete fiestas judías. Celebraba la libertad de los judíos por medio del poder redentor de Dios, que los saco de Egipto para establecerlos como pueblo independiente. La característica especial de ese día era la ofrenda de dos panes sin levadura, hechas del grano recién cosechado. Aunque la fiesta no se menciona en el Antiguo Testamento tiene gran importancia en el Nuevo Testamento, por haber sido el día en que el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos. La venida del E.S. le da un nuevo significado al Pentecostés, señala el inicio de la iglesia cristiana. El libro de los Hechos, narra cómo los apóstoles a partir de ese instante inician con poder la predicación del evangelio y la expansión de la iglesia cincuenta días después de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

1.1.             La Iglesia Apostólica
Llamamos iglesia apostólica al período que va desde el día de Pentecostés, hasta la muerte del apóstol Juan ocurrida hacia el año 100 de nuestra era. Un periodo decisivo para la iglesia, por que reafirma el carácter autoritario de la Escritura y cierra la revelación. Esta época es fundamental para la comprensión del cristianismo, en ella se establecen los fundamentos de la Iglesia y podría dividirse en dos etapas: el período apostólico (30-65) y el período subapostólico (66-100)

1.1.1.            El período apostólico: (30-65 d.C.)
El período apostólico se caracteriza por la presencia de los apóstoles y su papel formativo en la Iglesia. Establece la doctrina cristiana, basada en las enseñanzas de Jesús, y se distancia del judaísmo en el Concilio de Jerusalén (15: 1-35) (50.dc), pero a la vez mantiene algunos elementos de continuidad:

1.                  El uso de las Escrituras; la enseñanza de los apóstoles se baso en las Escrituras del A.T. interpretadas desde las enseñanzas de Jesús
2.                  El uso de expresiones similares, como; las 12 tribus de Israel, los 12 apóstoles, connotando la totalidad del pueblo de Dios.
3.                  Practicas como; la oración (Hech 2,42), el Padre nuestro, (Lc 11,2-4; Mt 6,9-13) Shema  judío (Mc 12,29); el bautismo, la vigilia y el ayuno (Mt. 17.21),
4.                  El uso de himnos cristianos primitivos; el cántico de maría (Luc 1:46-55), el cántico de Zacarias (Luc 1:68-79), el cántico de Simeón (Luc, 2: 29–32). Los mismos himnos cristológicos (Flp 2,5-11; Col 1,15-20; Jn 1,1-18).
5.                  La revaloración de ciertas fiestas, como “la cena del Señor” que es una  actualización de la fiesta pascual judía, y Pentecostés como la venida del E.S.
6.                  La asistencia al templo para orar (2,46; 3,1; 5,12.21), en la tarde del sábado, a la espera del "primer día de la semana", para celebrar “la cena del Señor”. 
7.                  La vida comunitaria, la comunidad de bienes  (Hech 2,44s; 4,32-37; 5,1-6) vista como modelo de convivencia y requisito para los ministros (1Pe 5,2; 1Tim 3,4s).
8.                  El concepto de “iglesia”, traducido del hebreo qahai,  (LXX. 250-150 a.C) que significa convocatoria o asamblea.
Esta descripción del período apostólico hasta el año 65 d.C. es fuertemente normativo, por la importancia de la autoridad apostólica indicada en los evangelios, los Hechos de los apóstoles y las cartas de Pablo. 

1.1.2.                 El período sub apostólico (66-100 d.C)
Se caracteriza por el reconocimiento de la autoridad apostólica. Tras la muerte de las tres figuras más conocidas de la Iglesia primitiva en el año 66 d.C. (Santiago, Pedro y Pablo) la comunidad cristiana empieza a reconocerlos por su enseñanza y autoridad. Sus escritos adquieren mayor valor y se usan para la edificación de la iglesia. Las diferentes cartas, evangelios y escritos pasan a ser usados en la iglesia. Especialmente las que contengan el nombre de los apóstoles, como las de Pablo, Pedro, Santiago y Judas. Los evangelios también tendrán relación indirecta con los apóstoles, así el más antiguo, recibirá el nombre de un compañero de Pedro y Pablo; Marcos. El evangelio de Mateo será atribuido a uno de los doce, y el de Lucas, al compañero de Pablo. El cuarto evangelio será de Juan. En definitiva, el testimonio cristiano del período subapostólico será para consolidar las iglesias constituidas en el período apostólico. Otra característica de este periodo es que tras la destrucción de Jerusalén se observa un progresivo dominio de los gentiles, la Iglesia en Jerusalén se dispersa y la iglesia en Antioquia gana protagonismo (11:19-30). Otro factor que influye en este cambio fue la exclusión de los judeo-cristianos de la sinagoga, para ser considerados como secta (9,22.34;12,42). Desde ese momento los cristianos eran vistos como ateos según confirma Plinio el Joven, gobernador de Bitinia en el año 112 d.C.

1.1.3.                 Eventos fechados por historiadores romanos
(1)La muerte del rey Herodes Agripa I (Hch 12.23). Según Josefo, Agripa fue nombrado rey de Palestina en enero del año 41 d.C. y reinó durante tres años, por lo que la fecha de su muerte puede ser el 44 d.C.
(2) La hambruna mencionada en Hechos 11.28. Según Josefo, Tácito y Suetonio, y algunos documentos egipcios hubo una gran hambruna entre los años 46 ó 47 d.C., cuando Tiberio Alejandro era procurador de Judea.
(3) La fecha del edicto de Claudio que expulso a los judíos de Roma por causar alboroto por un tal “Chrestus” (Hch 18.2), fue el año 49 d. C. así lo señala Suetonio (Vida de los XII Césares, Claudio, XXV. 120 d.C) Otra versión señala que solo era una prohibición a que se reunieran en las sinagogas.
(4) En Hechos 18.12 se menciona el juicio de Pablo ante el gobernador de Acaya, llamado Galión. Según una inscripción encontrada en Delfos, Grecia, el gobierno de Galión se dio entre el 51 y 53 d.C.

2.       Contexto religioso en el período apostólico.

2.1. El judaísmo
El judaísmo que existió en el primer siglo fue, en gran parte, resultado del destierro. Puesto que antes de la caída de Jerusalén la adoración de Baal y de otras deidades cananeas había sido localmente aceptada. La cautividad enseñó a los judíos a caminar en pos de Jehová ciñéndose religiosamente a las Escrituras. La influencia que ejercieron las escrituras judías sobre el Nuevo Testamento es tan manifiesta que no necesita comentario. El Señor Jesucristo y sus discípulos estuvieron familiarizados con ellas. Tan completamente se posesionó la Iglesia de las Escrituras de los judíos que en todo intento y propósito la Septuaginta se había convertido en un libro cristiano. En los primeros siglos se hizo por lo menos una nueva traducción que proporcionara un sentido más literal del texto hebreo y que no se prestara tanto al uso de los cristianos.

2.1.1. La literatura rabínica
Con la destrucción de Jerusalén el año 70 d.C., el judaísmo dejó de constituir un estado político independiente convirtiéndose exclusivamente en una comunidad religiosa. Con la cesación de los sacrificios en el templo vino la decadencia del sacerdocio y el surgimiento de los rabinos. El estudio de la Ley ocupó el lugar de los sacrificios, y el maestro el del sacerdote. A medida que los maestros procuraban interpretar la Ley, iban codificando las tradiciones reduciéndolas finalmente a la forma escrita. Los fariseos miraban estas tradiciones como si tuvieran la venerable antigüedad de la Ley escrita, en tanto que los saduceos las repudiaban por completo. La colección de esas tradiciones juntamente con los comentarios que sobre ellas hacían los antiguos rabinos es lo que constituye el Talmud. El Talmud se compone de dos clases de escritos: la Mishna y la Gemara. La Mishna es la ley oral tal como era conocida en los finales del siglo 2 d.C. La Gemara es la interpretación de la misma ley oral según la daban los eruditos de Babilonia y de Jerusalén desde principios del siglo 3 d.C. hasta fines del siglo 5, d.C. El Talmud contiene sesenta y tres secciones. Existen dos Talmudes que representan respectivamente las escuelas Palestina y Babilónica. El tárgum era la versión aramea comentada del A.T (s.5 a. C – 5 d.C). la Midrash eran los comentarios de la Tora (halaja halaga normativa, agada ajada alegórica y pesher visionaria )


2.1.2. Los apócrifos
Comenzando cerca de 300 a.C. se desarrolló en el judaísmo palestino un grupo de escritos llamados apócrifos. Es imposible dar fechas exactas para los libros apócrifos, pero daremos la colocación aproximada de cada libro.



En el período pre-macabeo
1 Esdras por el 300 a.C.
Tobías por el 250 a.C.
El Himno de los 3 Santos J. 200 a.C.
El Eclesiástico por el 200 a.C.

En el período macabeo
La Plegaria de los 3 Santos J. 160 a.C.
Judit por el 150 a.C.
Adiciones a Ester   140 al 130 a.C.
Bel y el Dragón por el 150 a.C.

En el período post-macabeo
1 Macabeos   entre el 90 al 70 a.C.
2 Macabeos  por el 50 a.C.
La Historia de Susana   ?
La Sabiduría de Salomón   40 d.C.
Baruc   +/- 70 d.C.
2 Esdras  por el 100 d.C.
La Oración de Manasés  ?

La mayor parte de estos libros fueron escritos entre el regreso de la cautividad y la destrucción de Jerusalén (70 d.C.), período de resistencia e inseguridad en la vida nacional judía.

Los 3 libros históricos son: (1) 1 Esdras, cuyo contenido tiene un poco de parecido con Esdras y Nehemías; (2) 1 Macabeos, que narra la revuelta de Matatías y sus hijos en 168 a.C., que terminó con la derrota de los sirios y el establecimiento del gobierno asmoneo; (3) 2 Macabeos, que es  la recopilación de Jasón de Cirene y suplementa el contenido de 1 Macabeos.
Los 4 siguientes son románticos: Tobías, Judit, Adiciones a Ester y la Historia de Susana. El contenido de ellos ilustra la justicia de Dios que vindica a su pueblo. Bel y el Dragón pertenece a esta misma categoría, y es una adición ilegítima al libro de Daniel. La Sabiduría de Salomón y el Eclesiástico son tratados filosóficos de forma poética algo parecidos al libro de los Proverbios. El Canto de los Tres Santos Jóvenes y la Oración de Manasés, constituyen expresiones de devoción a Dios y de confianza en sus promesas.

2.1.3. Otros escritos
También hay otros escritos que nunca pretendieron pertenecer al canon y que tampoco se pueden considerar representativos de algún individuo o grupo.


Libro de los Jubileos 200-150 a.C.
Testimonio de los 12 Patriarcas
Los Salmos de Salomón 100-50 a.C.
3 Macabeos
4 Macabeos
La Asunción de Moisés  1-50 d.C.
Adán y Eva
El Martirio de Isaías
El Libro de Enoc
2 Baruc
Los Oráculos Sibilinos
No todos los libros pueden fecharse. El libro de Enoc, por ejemplo, parece que está compuesto de secciones escritas en diferentes tiempos, que finalmente fueron combinadas poco antes de la era cristiana. Algunas frases tienen paralelo en el N. T. especialmente el pasaje de Judas 14 y 15, que es una exacta réplica de Enoc 1:9.
El libro de Enoc, la Asunción de Moisés, 2 Baruc, 2 Esdras, y algunas partes de los Oráculos Sibilinos pertenecen a la ‘literatura apocalíptica’ que predice los juicios que vendrán sobre los malvados, de los cuales, los justos serán librados por Dios y sus ángeles.  Muchos escritores apocalípticos están bajo seudónimos Por ejemplo, el libro de Enoc, no fue escrito por Enoc, pero se le atribuyó debido a su reputación de piedad y sabiduría. En los tiempos de persecución se produjo variada literatura apocalíptica, porque el propósito era infundir ánimo a los creyentes.

2.2. Las sectas, los grupos y las clases del judaísmo
Según el historiador judío Flavio Josefo (37-100 d.C.), había tres mayores sectas judías en Palestina: los Fariseos, los Saduceos, y los Esenios, los dos primeros más los Escribas componían el Sanedrín (corte suprema) que constaba de 71 miembros.

2.2.1. Los Fariseos
La secta más grande y la de mayor influencia en los tiempos del Nuevo Testamento, fue la de los fariseos. Eran los separatistas del judaísmo, como grupo aparte, tuvieron su origen poco después de los tiempos de los macabeos, en oposición al proceso de helenización impuesta en los judíos por los seléucidas. Fundaban su teología sobre todo en el Antiguo Testamento. Para interpretarlos usaban el método alegórico. Creían en la existencia de ángeles y espíritus, en la inmortalidad del alma y en la resurrección del cuerpo. Practicaban la oración ritual y el ayuno, y diezmaban de todas sus propiedades (Mt 23:23; Lc 11:42). Guardaban el sábado muy estrictamente (Mt 12:1-2). Creían en la doctrina de predestinación, y la consideraron consistente con la libre voluntad del hombre. Creían en la inmortalidad del alma junto con la resurrección del cuerpo en la vida futura ya sea para recompensa o castigo. Creían en los ángeles y demonios. Los fariseos reconocieron como la suprema autoridad en religión las escrituras judías y la tradición oral (Tálmud). De otra mano, los saduceos aceptaron solamente la escritura, y, por esto, rechazaron todas las creencias y prácticas no enseñadas en el Antiguo Testamento.

2.2.2. Los Saduceos
Según la tradición los saduceos tomaron su nombre de Sadoc, que fue sumo sacerdote en los tiempos de David y Salomón. Los hijos de Sadoc constituyeron la jerarquía sacerdotal del tiempo de la cautividad (2 Cr 31:10; Ez 40:46; 44:15; 48:11). Eran menos numerosos que los fariseos, pero poseían el poder político y eran el grupo gobernante en la vida civil bajo el gobierno de Herodes. Los saduceos se adherían estrictamente a la interpretación literal de la Torah, considerada con mayor autoridad a la de los Profetas (Nevillin) y los Escritos (ketuvin).  No quedaba, pues, lugar en su pensamiento para la tradición oral que los fariseos estudiabana. Como racionalistas y anti supernaturalistas negaban la existencia de ángeles y espíritus (Hch 23:8) y no creían en la inmortalidad del alma, ni en la resurrección del cuerpo. Su religión era fríamente ética y literal, y más abierta que el fariseísmo a las influencias helenizantes. Además negaban que la historia estaba controlada divinamente, insistiendo en la libertad del individuo de dirigir su propia vida, y así, la historia también. A diferencia de los fariseos, los saduceos no sobrevivieron a la destrucción de Jerusalén.

2.2.3. Los Esenios
Poco se sabe de esta secta, a la cual el historiador Josefo describe detalladamente. No se mencionan en el Nuevo Testamento. El significado de su nombre es incierto, pero estaba conectado en alguna forma con el sentido de la palabra hosios, que en griego significa “santo”. A diferencia de los fariseos y saduceos, los esenios, constituían definidamente una fraternidad ascética con ritos de iniciación. En sus comunidades tenían la propiedad en común, de modo que entre ellos no había ricos ni pobres. Los más estrictos se abstenían del casamiento. Se sostenían con el producto del trabajo manual. Comían con moderación y habitualmente usaban ropas blancas, en horas que no eran de trabajo. Guardaban el sábado con mucha rigidez. En el aspecto teológico, considerando su observancia estricta de la Ley y su apego al supernaturalismo, los esenios eran parecidos a los fariseos. Practicaban varios lavados y bautismos, junto con la continua lectura de las escrituras del Antiguo Testamento. Creían que las promesas de Dios dichas por los profetas ya estaban cumplidas en la historia de su propia comunidad. Enseñaban que el alma del hombre es inmaterial e inmortal, encerrada en un cuerpo mortal. Con la muerte los buenos pasan a la región donde brilla el sol y soplan las brisas, en tanto que los malvados son relegados al lugar de la oscuridad, de las tempestades, o del continuo tormento. Los esenios no participaban en los sacrificios de animales del templo en Jerusalén, no porque abogaban principios más espirituales de culto, sino porque acreditaban que el templo estaba corrompido. Es posible que los esenios ocuparan Qumran donde se encontraron los escritos llamados los rollos del mar Muerto en 1951.

2.2.4. Los Zelotes
Los zelotes no eran una secta religiosa al modo que lo eran los fariseos y los esenios. Constituían un grupo fanáticamente nacionalista que abogaba por la violencia como medio para liberarse de Roma.  El grupo fue fundado por Judas el Galileo, que inició una rebelión contra los romanos en 6 d.C. (Hch 5:37). Los zelotes se opusieron al pago de tributo a un emperador pagano, diciendo que tal práctica era traición contra Dios, el verdadero Rey de Israel. Teológicamente, estaban de acuerdo con los fariseos, y, en espíritu, estaban como Matatias y sus hijos durante la revuelta macabea. Cerca de la mitad del I siglo d.C. otro agitador guió un grupo de 4.000 judíos militantes que llevaban cuchillos y se llamaban los “sicari”, los asesinos (Hch 21:38). En la época del sitio de Jerusalén por Tito (70), los zelotes y sus disensiones contribuyeron fuertemente en la caída de la ciudad. Simón, uno de los discípulos de Jesús, había pertenecido al grupo de los zelotes como su nombre lo indica (Lc 6:15; Hch 1:13). Es muy probable que Barrabás (Mt 27:15-26; Mc 15:6-15) era zelote y así considerado héroe nacional por el pueblo común.

2.2.5. Los Escribas (los rabinos)
Los escribas eran los intérpretes profesionales y maestros del Antiguo Testamento (cf. Neh 8:9; Esd 7:6, 10). Su función era más religiosa que secular. A veces en los Evangelios se llamaban “abogados”, es decir, expertos en la Ley sagrada, que era, en teoría, la única legislación, civil y religiosa, gobernando al pueblo judío. A veces se llamaban “maestros de la ley”, o simplemente “maestros”. Fueron altamente estimados por el pueblo común, sus servicios aprovechados no solamente en Jerusalén sino también en las aldeas de todas partes de Judea y Galilea (Lc 5:17). Entre los varios títulos de respeto por los escribas, lo más usual era rabino, es decir, “mi grande”. Todo el trabajo del escriba era gratuito. Así, además de enseñar e interpretar la ley, los escribas judíos dependían en otras maneras de vivir. Por ejemplo, Pablo hacía tiendas. La mayoría de los escribas pertenecían al partido de los fariseos. Pero, no todos los fariseos eran escribas, ni eran todos los escribas miembros de la secta de los fariseos.

2.2.6. Los Herodianos
Hay muchas teorías acerca de este grupo, que probablemente no era una secta religiosa tampoco partido político. El término aparentemente refleja una actitud y un punto de vista, y se refería a judíos de influencia que apoyaron el reinado de los herodes, y así, de los romanos, por cuya autoridad la dinastía herodiana se mantuvo. En tal actitud los herodianos estaban en una gran minoría, porque la mayoría de los judíos de Palestina se opuso fuertemente a aquel gobierno. En los Evangelios los herodianos se mencionan como enemigos de Jesús, una vez en Galilea (Mc 3:6), y otra vez en Jerusalén (Mt 22:16; Mc 12:13). 

2.2.7. El pueblo común
La gran mayoría de los judíos de Palestina no pertenecía a ninguna de las sectas. Estas multitudes se conocían como el pueblo de la tierra, el pueblo común (‘am ha-ares). Ellos eran los palestinos cuyo judaísmo fue mezclado (Esd 9:1-2; Neh 10:30-31). Eran los que por ignorancia o por indiferencia  fallaron en observar la ley mosaica. En Jn 7:49 se ve el odio y desprecio de los fariseos hacia este grupo con la frase “esta gente que no sabe la Ley, maldita es.” Tan profundo era el menosprecio del fariseo para el pueblo común, que los consideraban como inmorales e irreligiosos y que no merecían contacto alguno. No podían ser testigos en la corte, no podían ser escogidos como guardianes de un huérfano. El fariseo no podía comer con un ‘am ha-ares, menos pensaren un matrimonio.  Al contrario, Jesús era amigo de esta clase de pueblo, y se asociaba libremente con ellos. Él los consideraba como “ovejas que no tienen pastor” (Mt 9:36). Debido a su amistad con este pueblo (cf. Mc 7:1-5; Lc 6:1-5; 11:37-41), Jesús fue despreciado y rechazado por los líderes religiosos de su día.

2.2.8. Los Samaritanos
Los samaritanos eran un pueblo mestizo judeo-pagano, que se separaron de la comunidad judía y construyeron su propio templo sobre el Garizín. Los Samaritanos concedían una gran importancia al hecho de descender de los patriarcas judíos. Pero los judíos le negaron esa pretensión, señalando que eran descendientes de colonos medo-persas extraños al pueblo. Tanto era el rechazo judío en el I siglo, que les negaban todo lazo de sangre con el judaísmo. Pese a que reconocían la Ley mosaica y la observaban no cambiaba nada en cuanto a su exclusión de la comunidad de Israel, pues también eran acusados de culto idolátrico, a causa de su veneración del Garizín como montaña sagrada. Sin embargo la razón fundamental de excluir a los samaritanos era su origen y no el culto del Garizín; pues, con la comunidad judía de Egipto no hubo ruptura a pesar de la existencia del templo de Leontópolis. Este juicio fundamental sobre los samaritanos trajo por consecuencia que fueron tratados como paganos..




2.3. La religión romana 
El mundo romano es por naturaleza práctico o, más exactamente, político. Está representado por el Estado romano; por el gobierno, la administración, el mando, la auto valoración  y la valoración del derecho positivo. La religión romana es social y de actos cultuales, y es practicada por los miembros de una comunidad precisamente como tales, no individualmente. Es esencialmente ciudadana. Está ligada a la esfera civil, familiar y socio-política y es politeísta. La religión oficial de Roma no tenía absolutamente nada que ver con la conciencia, con la intención interna. Era la pura ejecución de un culto externo. El paganismo romano no pretendía exclusivismo alguno.  Pero exigía el acto externo de sacrificar a los dioses reconocidos por el Estado.La tolerancia religiosa en el Estado romano estaba sustancialmente condicionada por una coacción de conciencia para aquellos que tenían otra convicción religiosa. Este era el caso de los cristianos. El judaísmo tenía una excepción por ser religión nacional, por ello se les permitió rechazar el sacrificio. El Estado romano, por consiguiente, no se preocupaba por la doctrina de alguna nueva religión, se preocupaba por consideraciones prácticas de bien común, si esta era amenazada, entonces era una cuestión de estado y eso fue lo que paso con el cristianismo. Pese a su politeísmo, su exigencia sacrificial brindo condiciones para que el cristianismo se extendiera. Su política de tolerancia religiosa para con los judíos, sirvió para qué el cristianismo creciera a las sombras de esta.  

2.3.1. Los cultos mistéricos romanos
Se ha afirmado que las religiones mistéricas surgen en la antigüedad egipcia, con los dioses Isis, Serapis y Anubis, pero también se observa su existencia en Grecia con Zeus y Persefone, igualmente en las religiones frigias, como el mitraísmo, el culto a Atis y Cibeles. Aunque los misterios egipcios parecen ser los más antiguos, y los de Isis y Osiris fueron llevados a Roma bajo este nombre, estos dieron sin duda nacimiento a las tres grandes iniciaciones llamadas misterios órficos, misterios eleusinos y misterios samotrácicos. De esta forma Las religiones mistéricas se extienden desde Grecia hacia la totalidad del Imperio romano, y a pesar que varios emperadores quisieron evitarlo, entre los que destacó Augusto y Tiberio, fue casi imposible en las filas de los soldados romanos.  Durante la época imperial romana ocurrió un fenómeno de sincretismo religioso entre los cultos latinos y los de divinidades procedentes de África y Oriente. En Roma, por ejemplo, los misterios eleusinos, cuyo origen se remonta a la Antigua Grecia, fueron introducidos bajo el nombre de misterios de Ceres o de la buena diosa, tomando también otros nombres particulares según los lugares en que se celebraban. También prosperaron los cultos de Hermes Trismegisto y de Asclepio, con antecedentes egipcios aunque helenizados.

Sin embargo la más notable fue la influencia ejercida por la cultura persa e india en relación al culto mitraico. Este culto a una divinidad llamada Mitra o Mitras  tuvo especial implantación entre los soldados romanos. Existen testimonios materiales de la práctica de esta religión en numerosos lugares del antiguo Imperio romano: en Roma y en Ostia, así como en Mauritania, Britania y las provincias fronterizas a lo largo del río Rin y del Danubio, consistentes en restos de templos, inscripciones y obras de arte que representan al dios u otros aspectos de la religión. Los orígenes de esta religión no se conocen de forma precisa, aunque los estudiosos coinciden en afirmar que llegó al mundo romano desde Oriente, concretamente desde Asia Menor. El mitraísmo era una religión mistérica, de tipo iniciático (que inicia en lo desconocido), basada en la transmisión oral y ritual de iniciado a iniciado, y no en un cuerpo de escrituras sagradas. Recoge las concepciones dualistas de origen zoroástrico y como en todas las religiones mistéricas, los adeptos estaban obligados a mantener en secreto los rituales del culto. Por todo ello, la documentación escrita concerniente al mitraísmo es prácticamente inexistente. El estudio de esta religión se ha basado sobre todo en la iconografía que decoraba los mitreos. La práctica del mitraísmo, como la de todas las religiones paganas, fue declarada ilegal en el año 391 por el emperador Teodosio.

3. Corrientes filosóficas en el período apostólico.
Durante el período apostólico se presentan tres marcadas tendencias filosóficas: el Platonismo, el Estoicismo y el Epicureísmo. Las tres desarrollan un proceso de sincretismo, dando por resultado el Neoplatonismo.

3.1.             El Platonismo y su contra parte el aristotelismo
El platonismo iniciado por el gran filósofo y fundador Platón, en el siglo 4 a.C., fue amigo y discípulo de Sócrates, enseñaba que el mundo consiste de un número infinito de cosas particulares, cada una de las cuales es una copia más o menos imperfecta de una idea real.  El mundo real, por tanto, es el mundo de las ideas, del cual no es más que una sombra el mundo material. A la cabeza de las ideas se coloca la idea del Bien. Si el mundo verdadero es el reino invisible de las ideas, y si el cambiante cosmos en el que el hombre vive es solamente transitorio, el afán del hombre consistirá en escapar de lo irreal hacia lo real. Platón había defendido la inmortalidad del alma, y en esto coincide plenamente con los cristianos, salvo que para el cristiano, el alma si es generada y creada. Platón creyó en un Demiurgo que ordenaba el mundo, los cristianos creen en Dios como Creador del mundo, y por tanto, también como su ordenador. A la luz de estos conceptos, la Fe cristiana no parece tan incomprensible. En la Edad Media consiguió un mayor impacto entre las orbes intelectuales. En tanto que el aristotelismo seria la contrapuesta al platonismo de que las ideas no existen por ellas mismas, separadas de los objetos. La realidad es en sí misma inteligible y el hombre posee la capacidad constitutiva de conocerla científicamente. La verdad de las cosas no reside fuera de ellas, como ocurría con Platón, sino que ha de buscarse en la estructura interna de la realidad, que está regida por unas leyes concretas y siempre iguales a sí mismas. Es decir las cosas poseen un modo de ser. El universo propuesto por Aristóteles es, por consiguiente, de carácter autónomo es un mundo que no debe dirigirse a nada distinto de sí para explicarse: bien por su naturaleza interna, bien por la capacidad cognoscitiva del hombre, la naturaleza de las cosas y de las realidades puede conocerse científicamente

3.2.             El Estoicismo
En Hch 17:18, 32 están asociados epicureísmo y estoicismo.  El estoicismo no reconocía un Dios personal, sino que enseñaba que el universo está dirigido por una Razón Absoluta, una voluntad divina constante, que lo posee totalmente y que lo lleva hacia un propósito progresivo. La razón es el supremo bien. El sentimiento personal es inmaterial y perjudicial, pues tiende a confundir la solución racional con los problemas. Los estoicos creían que la naturaleza es como debe ser y que cualquier cosa que pase está regida por la providencia; no hay lugar para alterar el proceso o para detener su curso. El universo tiene que aceptarse, no cambiarse. Esta actitud fatalista enseñaba el dominio propio y en consecuencia provocaba un elevado tipo de moralidad y ética.  Todos los aparentes males eran para los estoicos nada más que una parte de un bien más grande. El individuo queda obligado a actuar virtuosamente por sí mismo, conformándose a la más alta razón que conoce, sin tener una obligación de procurar un cambio en la suerte común de los hombres ni de protegerse de las adversidades. No era posible para el estoico un trato personal con Dios porque según los estoicos Dios no tiene interés personal en los asuntos de los hombres porque Él no es entidad personal. Todo el concepto del evangelio, en el que Dios envía a su Hijo al mundo para morir por los hombres, tendría que parecer ridículo a los estoicos.

3.3.             El Epicureísmo

De Epicuro (341 a.C.-270 a.C.), filósofo griego nacido en la isla de Samos. Enseñaba que el mundo había sido producido por un accidente y como tal no queda espacio para el propósito ni para el designio, tampoco la religión. No puede haber ningún bien final absoluto. El supremo bien posible, decía Epicuro, es el placer, el hedonismo, la ausencia del dolor. Al contrario de lo que generalmente se dice del epicureismo, entonces, no abogaba por la sensualidad, sino más bien por la elección de aquellos placeres que darán al individuo la más duradera y plena satisfacción. Si el mundo se debió a la materia y a la casualidad, no hay necesidad de ningún poder creador. Como filosofía, el epicureismo fue muy popular porque no se inclinaba al razonamiento abstracto. Apelaba a las consideraciones emocionales que proporcionan una justificación filosófica para hacer lo que más quiere la gente – el placer es la finalidad suprema de la vida. Desechaba todo pensamiento acerca del pecado o de la responsabilidad ante un juicio final, puesto que no predicaba el propósito ni el término del proceso del presente mundo. No tomaba en cuenta la inmortalidad, porque estando el cuerpo formado solamente de átomos, no puede sobrevivir después de la presente vida. En consecuencia no nos debe asombrar que los atenienses se hayan burlado del discurso de Pablo en el Areópago, sobre  “Jesús y la resurrección” (Hch 17:18, 32).

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