Segunda
sesión: Historia Eclesiástica
1.
El significado del Pentecostés.
Pentecostés era una fiesta judía que se celebraba cincuenta días después
de la Pascua. La
pascua, era la más importante de las siete fiestas judías. Celebraba la
libertad de los judíos por medio del poder redentor de Dios, que los saco de
Egipto para establecerlos como pueblo independiente. La característica especial
de ese día era la ofrenda de dos panes sin levadura, hechas del grano recién
cosechado. Aunque la fiesta no se menciona en el Antiguo Testamento tiene gran
importancia en el Nuevo Testamento, por haber sido el día en que el Espíritu
Santo descendió sobre los discípulos. La venida del E.S. le da un
nuevo significado al Pentecostés, señala el inicio de la iglesia cristiana. El
libro de los Hechos, narra cómo los apóstoles a partir de ese instante inician
con poder la predicación del evangelio y la
expansión de la iglesia cincuenta días después de la resurrección de nuestro
Señor Jesucristo.
1.1.
La Iglesia
Apostólica
Llamamos iglesia apostólica al período que va desde el día de
Pentecostés, hasta la muerte del apóstol Juan ocurrida hacia el año 100 de
nuestra era. Un periodo decisivo para la iglesia, por que reafirma el carácter autoritario
de la Escritura y cierra la revelación. Esta época es fundamental para la
comprensión del cristianismo, en ella se establecen los fundamentos de la
Iglesia y podría dividirse en dos etapas: el período apostólico (30-65) y el período subapostólico (66-100)
1.1.1.
El período apostólico: (30-65
d.C.)
El período apostólico se caracteriza por la presencia de los
apóstoles y su papel formativo en la Iglesia. Establece la doctrina cristiana,
basada en las enseñanzas de Jesús, y se distancia del judaísmo en el Concilio
de Jerusalén (15: 1-35) (50.dc), pero a la vez mantiene algunos elementos de
continuidad:
1.
El
uso de las Escrituras; la enseñanza de
los apóstoles se baso en las Escrituras del A.T. interpretadas desde
las enseñanzas de Jesús
2.
El uso de expresiones similares, como; las 12 tribus de Israel, los 12
apóstoles, connotando la totalidad del pueblo de Dios.
3.
Practicas
como; la oración (Hech 2,42), el Padre nuestro, (Lc 11,2-4; Mt 6,9-13) Shema judío (Mc 12,29); el bautismo, la vigilia y
el ayuno (Mt. 17.21),
4.
El
uso de himnos cristianos primitivos; el cántico de maría (Luc 1:46-55), el
cántico de Zacarias (Luc 1:68-79), el cántico de Simeón (Luc, 2: 29–32). Los mismos himnos
cristológicos (Flp 2,5-11; Col 1,15-20; Jn 1,1-18).
5.
La
revaloración de ciertas fiestas, como “la cena del Señor” que es una actualización de la fiesta pascual judía, y
Pentecostés como la venida del E.S.
6.
La
asistencia al templo para orar (2,46; 3,1; 5,12.21), en la tarde del sábado, a
la espera del "primer día de la semana", para celebrar “la cena del
Señor”.
7.
La
vida comunitaria, la comunidad de bienes (Hech 2,44s; 4,32-37; 5,1-6) vista como
modelo de convivencia y requisito para los ministros (1Pe 5,2; 1Tim 3,4s).
8.
El
concepto de “iglesia”, traducido del hebreo qahai, (LXX. 250-150 a.C) que significa convocatoria o asamblea.
Esta descripción del período apostólico hasta el año 65 d.C.
es fuertemente normativo, por la importancia de la autoridad apostólica
indicada en los evangelios, los Hechos de los apóstoles y las cartas de
Pablo.
1.1.2.
El
período sub apostólico (66-100 d.C)
Se caracteriza por el reconocimiento de la autoridad
apostólica. Tras la muerte de las tres figuras más conocidas de la Iglesia
primitiva en el año 66 d.C. (Santiago, Pedro y Pablo) la comunidad cristiana
empieza a reconocerlos por su enseñanza y autoridad. Sus escritos adquieren mayor
valor y se usan para la edificación de la iglesia. Las diferentes cartas,
evangelios y escritos pasan a ser usados en la iglesia. Especialmente las que
contengan el nombre de los apóstoles, como las de Pablo, Pedro, Santiago y
Judas. Los evangelios también tendrán relación indirecta con los apóstoles, así
el más antiguo, recibirá el nombre de un compañero de Pedro y Pablo; Marcos. El
evangelio de Mateo será atribuido a uno de los doce, y el de Lucas, al
compañero de Pablo. El cuarto evangelio será de Juan. En definitiva, el
testimonio cristiano del período subapostólico será para consolidar las
iglesias constituidas en el período apostólico. Otra característica de este periodo
es que tras la destrucción de Jerusalén se observa un progresivo dominio de los
gentiles, la Iglesia en Jerusalén se dispersa y la iglesia en Antioquia gana
protagonismo (11:19-30). Otro factor que influye en este cambio
fue la exclusión de los judeo-cristianos de la sinagoga, para ser considerados
como secta (9,22.34;12,42). Desde ese momento los cristianos eran vistos como
ateos según confirma Plinio el Joven, gobernador de Bitinia en el año 112 d.C.
1.1.3.
Eventos
fechados por historiadores romanos
(1)La muerte del rey Herodes
Agripa I (Hch 12.23). Según Josefo, Agripa fue nombrado rey de Palestina en
enero del año 41 d.C. y reinó durante tres años, por lo que la fecha de su
muerte puede ser el 44 d.C.
(2) La hambruna mencionada en
Hechos 11.28. Según Josefo, Tácito y Suetonio, y algunos documentos egipcios
hubo una gran hambruna entre los años 46 ó 47 d.C., cuando Tiberio Alejandro
era procurador de Judea.
(3) La fecha del edicto de
Claudio que expulso a los judíos de Roma por causar alboroto por un tal
“Chrestus” (Hch 18.2), fue el año 49 d. C. así lo señala Suetonio (Vida de los
XII Césares, Claudio, XXV. 120 d.C) Otra versión señala que solo era una
prohibición a que se reunieran en las sinagogas.
(4) En Hechos 18.12 se menciona
el juicio de Pablo ante el gobernador de Acaya, llamado Galión. Según una
inscripción encontrada en Delfos, Grecia, el gobierno de Galión se dio entre el
51 y 53 d.C.
2.
Contexto religioso en el período apostólico.
2.1. El judaísmo
El judaísmo que
existió en el primer siglo fue, en gran parte, resultado del destierro. Puesto
que antes de la caída de Jerusalén la adoración de Baal y de otras deidades
cananeas había sido localmente aceptada. La cautividad enseñó a los judíos a
caminar en pos de Jehová ciñéndose religiosamente a las Escrituras. La
influencia que ejercieron las escrituras judías sobre el Nuevo Testamento es
tan manifiesta que no necesita comentario. El Señor Jesucristo y sus discípulos
estuvieron familiarizados con ellas. Tan completamente se posesionó la Iglesia
de las Escrituras de los judíos que en todo intento y propósito la Septuaginta
se había convertido en un libro cristiano. En los primeros siglos se hizo por
lo menos una nueva traducción que proporcionara un sentido más literal del
texto hebreo y que no se prestara tanto al uso de los cristianos.
2.1.1. La literatura rabínica
Con la destrucción
de Jerusalén el año 70 d.C., el judaísmo dejó de constituir un estado político
independiente convirtiéndose exclusivamente en una comunidad religiosa. Con la
cesación de los sacrificios en el templo vino la decadencia del sacerdocio y el
surgimiento de los rabinos. El estudio de la Ley ocupó el lugar de los
sacrificios, y el maestro el del sacerdote. A medida que los maestros
procuraban interpretar la Ley, iban codificando las tradiciones reduciéndolas
finalmente a la forma escrita. Los fariseos miraban estas tradiciones como si
tuvieran la venerable antigüedad de la Ley escrita, en tanto que los saduceos
las repudiaban por completo. La colección de esas tradiciones juntamente con
los comentarios que sobre ellas hacían los antiguos rabinos es lo que
constituye el Talmud. El Talmud se compone de dos clases de escritos: la Mishna
y la Gemara. La Mishna es la ley oral tal como era conocida en los finales del
siglo 2 d.C. La Gemara es la interpretación de la misma ley oral según la daban
los eruditos de Babilonia y de Jerusalén desde principios del siglo 3 d.C.
hasta fines del siglo 5, d.C. El Talmud contiene sesenta y tres secciones.
Existen dos Talmudes que representan respectivamente las escuelas Palestina y
Babilónica. El tárgum era la versión aramea comentada del A.T (s.5 a. C – 5
d.C). la Midrash eran los comentarios de la Tora (halaja halaga normativa, agada ajada
alegórica y pesher visionaria )
2.1.2. Los apócrifos
Comenzando cerca
de 300 a.C. se desarrolló en el judaísmo palestino un grupo de escritos
llamados apócrifos. Es imposible dar fechas exactas para los libros apócrifos,
pero daremos la colocación aproximada de cada libro.
En el período
pre-macabeo
1 Esdras por
el 300 a.C.
Tobías por el
250 a.C.
El Himno de
los 3 Santos J. 200 a.C.
El
Eclesiástico por el 200 a.C.
En el período
macabeo
La Plegaria de
los 3 Santos J. 160 a.C.
Judit por el
150 a.C.
Adiciones a
Ester 140 al 130 a.C.
Bel y el
Dragón por el 150 a.C.
En el período
post-macabeo
1
Macabeos entre el 90 al 70 a.C.
2
Macabeos por el 50 a.C.
La Historia de
Susana ?
La Sabiduría
de Salomón 40 d.C.
Baruc +/- 70 d.C.
2 Esdras por el 100 d.C.
La Oración de
Manasés ?
|
La mayor parte
de estos libros fueron escritos entre el regreso de la cautividad y la
destrucción de Jerusalén (70 d.C.), período de resistencia e inseguridad en
la vida nacional judía.
Los 3 libros
históricos son: (1) 1 Esdras, cuyo contenido tiene un poco de parecido con
Esdras y Nehemías; (2) 1 Macabeos, que narra la revuelta de Matatías y sus
hijos en 168 a.C., que terminó con la derrota de los sirios y el
establecimiento del gobierno asmoneo; (3) 2 Macabeos, que es la recopilación de Jasón de Cirene y
suplementa el contenido de 1 Macabeos.
Los 4
siguientes son románticos: Tobías, Judit, Adiciones a Ester y la Historia de
Susana. El contenido de ellos ilustra la justicia de Dios que vindica a su
pueblo. Bel y el Dragón pertenece a esta misma categoría, y es una adición
ilegítima al libro de Daniel. La Sabiduría de Salomón y el Eclesiástico son
tratados filosóficos de forma poética algo parecidos al libro de los
Proverbios. El Canto de los Tres Santos Jóvenes y la Oración de Manasés,
constituyen expresiones de devoción a Dios y de confianza en sus promesas.
|
2.1.3. Otros escritos
También hay otros
escritos que nunca pretendieron pertenecer al canon y que tampoco se pueden
considerar representativos de algún individuo o grupo.
Libro de los
Jubileos 200-150 a.C.
Testimonio de
los 12 Patriarcas
Los Salmos de
Salomón 100-50 a.C.
3 Macabeos
4 Macabeos
La Asunción de
Moisés 1-50 d.C.
Adán y Eva
El Martirio de
Isaías
El Libro de
Enoc
2 Baruc
Los Oráculos
Sibilinos
|
No todos los
libros pueden fecharse. El libro de Enoc, por ejemplo, parece que está
compuesto de secciones escritas en diferentes tiempos, que finalmente fueron
combinadas poco antes de la era cristiana. Algunas frases tienen paralelo en
el N. T. especialmente el pasaje de Judas 14 y 15, que es una exacta réplica
de Enoc 1:9.
El libro de
Enoc, la Asunción de Moisés, 2 Baruc, 2 Esdras, y algunas partes de los
Oráculos Sibilinos pertenecen a la ‘literatura apocalíptica’ que predice los
juicios que vendrán sobre los malvados, de los cuales, los justos serán
librados por Dios y sus ángeles.
Muchos escritores apocalípticos están bajo seudónimos Por ejemplo, el
libro de Enoc, no fue escrito por Enoc, pero se le atribuyó debido a su
reputación de piedad y sabiduría. En los tiempos de persecución se produjo
variada literatura apocalíptica, porque el propósito era infundir ánimo a los
creyentes.
|
2.2. Las sectas, los grupos y las clases
del judaísmo
Según el
historiador judío Flavio Josefo (37-100 d.C.), había tres mayores sectas judías
en Palestina: los Fariseos, los Saduceos, y los Esenios, los dos primeros más
los Escribas componían el Sanedrín (corte suprema) que constaba de 71 miembros.
2.2.1. Los Fariseos
La secta más
grande y la de mayor influencia en los tiempos del Nuevo Testamento, fue la de
los fariseos. Eran los separatistas del judaísmo, como grupo aparte, tuvieron
su origen poco después de los tiempos de los macabeos, en oposición al proceso
de helenización impuesta en los judíos por los seléucidas. Fundaban su teología
sobre todo en el Antiguo Testamento. Para interpretarlos usaban el método
alegórico. Creían en la existencia de ángeles y espíritus, en la inmortalidad
del alma y en la resurrección del cuerpo. Practicaban la oración ritual y el
ayuno, y diezmaban de todas sus propiedades (Mt 23:23; Lc 11:42). Guardaban el
sábado muy estrictamente (Mt 12:1-2). Creían en la doctrina de predestinación,
y la consideraron consistente con la libre voluntad del hombre. Creían en la
inmortalidad del alma junto con la resurrección del cuerpo en la vida futura ya
sea para recompensa o castigo. Creían en los ángeles y demonios. Los fariseos
reconocieron como la suprema autoridad en religión las escrituras judías y la
tradición oral (Tálmud). De otra mano, los saduceos aceptaron solamente la
escritura, y, por esto, rechazaron todas las creencias y prácticas no enseñadas
en el Antiguo Testamento.
2.2.2. Los Saduceos
Según la tradición
los saduceos tomaron su nombre de Sadoc, que fue sumo sacerdote en los tiempos
de David y Salomón. Los hijos de Sadoc constituyeron la jerarquía sacerdotal
del tiempo de la cautividad (2 Cr 31:10; Ez 40:46; 44:15; 48:11). Eran menos
numerosos que los fariseos, pero poseían el poder político y eran el grupo
gobernante en la vida civil bajo el gobierno de Herodes. Los saduceos se
adherían estrictamente a la interpretación literal de la Torah, considerada con
mayor autoridad a la de los Profetas (Nevillin) y los Escritos (ketuvin). No quedaba, pues, lugar en su pensamiento
para la tradición oral que los fariseos estudiabana. Como racionalistas y anti
supernaturalistas negaban la existencia de ángeles y espíritus (Hch 23:8) y no
creían en la inmortalidad del alma, ni en la resurrección del cuerpo. Su
religión era fríamente ética y literal, y más abierta que el fariseísmo a las
influencias helenizantes. Además negaban que la historia estaba controlada
divinamente, insistiendo en la libertad del individuo de dirigir su propia
vida, y así, la historia también. A diferencia de los fariseos, los saduceos no
sobrevivieron a la destrucción de Jerusalén.
2.2.3. Los Esenios
Poco se sabe de
esta secta, a la cual el historiador Josefo describe detalladamente. No se
mencionan en el Nuevo Testamento. El significado de su nombre es incierto, pero
estaba conectado en alguna forma con el sentido de la palabra hosios,
que en griego significa “santo”. A diferencia de los fariseos y saduceos, los
esenios, constituían definidamente una fraternidad ascética con ritos de
iniciación. En sus comunidades tenían la propiedad en común, de modo que entre
ellos no había ricos ni pobres. Los más estrictos se abstenían del casamiento.
Se sostenían con el producto del trabajo manual. Comían con moderación y
habitualmente usaban ropas blancas, en horas que no eran de trabajo. Guardaban
el sábado con mucha rigidez. En el aspecto teológico, considerando su
observancia estricta de la Ley y su apego al supernaturalismo, los esenios eran
parecidos a los fariseos. Practicaban varios lavados y bautismos, junto con la
continua lectura de las escrituras del Antiguo Testamento. Creían que las
promesas de Dios dichas por los profetas ya estaban cumplidas en la historia de
su propia comunidad. Enseñaban que el alma del hombre es inmaterial e inmortal,
encerrada en un cuerpo mortal. Con la muerte los buenos pasan a la región donde
brilla el sol y soplan las brisas, en tanto que los malvados son relegados al
lugar de la oscuridad, de las tempestades, o del continuo tormento. Los esenios
no participaban en los sacrificios de animales del templo en Jerusalén, no
porque abogaban principios más espirituales de culto, sino porque acreditaban
que el templo estaba corrompido. Es posible que los esenios ocuparan Qumran
donde se encontraron los escritos llamados los rollos del mar Muerto en 1951.
2.2.4. Los Zelotes
Los zelotes no
eran una secta religiosa al modo que lo eran los fariseos y los esenios.
Constituían un grupo fanáticamente nacionalista que abogaba por la violencia
como medio para liberarse de Roma. El
grupo fue fundado por Judas el Galileo, que inició una rebelión contra
los romanos en 6 d.C. (Hch 5:37). Los zelotes se opusieron al pago de tributo a
un emperador pagano, diciendo que tal práctica era traición contra Dios, el
verdadero Rey de Israel. Teológicamente, estaban de acuerdo con los fariseos,
y, en espíritu, estaban como Matatias y sus hijos durante la revuelta macabea.
Cerca de la mitad del I siglo d.C. otro agitador guió un grupo de 4.000 judíos
militantes que llevaban cuchillos y se llamaban los “sicari”, los asesinos (Hch
21:38). En la época del sitio de Jerusalén por Tito (70), los zelotes y sus
disensiones contribuyeron fuertemente en la caída de la ciudad. Simón, uno de
los discípulos de Jesús, había pertenecido al grupo de los zelotes como su
nombre lo indica (Lc 6:15; Hch 1:13). Es muy probable que Barrabás (Mt
27:15-26; Mc 15:6-15) era zelote y así considerado héroe nacional por el pueblo
común.
2.2.5. Los Escribas (los rabinos)
Los escribas eran
los intérpretes profesionales y maestros del Antiguo Testamento (cf. Neh 8:9;
Esd 7:6, 10). Su función era más religiosa que secular. A veces en los Evangelios
se llamaban “abogados”, es decir, expertos en la Ley sagrada, que era, en
teoría, la única legislación, civil y religiosa, gobernando al pueblo judío. A
veces se llamaban “maestros de la ley”, o simplemente “maestros”. Fueron
altamente estimados por el pueblo común, sus servicios aprovechados no
solamente en Jerusalén sino también en las aldeas de todas partes de Judea y
Galilea (Lc 5:17). Entre los varios títulos de respeto por los escribas, lo más
usual era rabino, es decir, “mi grande”. Todo el trabajo del escriba era
gratuito. Así, además de enseñar e interpretar la ley, los escribas judíos
dependían en otras maneras de vivir. Por ejemplo, Pablo hacía tiendas. La
mayoría de los escribas pertenecían al partido de los fariseos. Pero, no todos
los fariseos eran escribas, ni eran todos los escribas miembros de la secta de
los fariseos.
2.2.6. Los Herodianos
Hay muchas teorías
acerca de este grupo, que probablemente no era una secta religiosa tampoco
partido político. El término aparentemente refleja una actitud y un punto de
vista, y se refería a judíos de influencia que apoyaron el reinado de los
herodes, y así, de los romanos, por cuya autoridad la dinastía herodiana se
mantuvo. En tal actitud los herodianos estaban en una gran minoría, porque la mayoría
de los judíos de Palestina se opuso fuertemente a aquel gobierno. En los
Evangelios los herodianos se mencionan como enemigos de Jesús, una vez en
Galilea (Mc 3:6), y otra vez en Jerusalén (Mt 22:16; Mc 12:13).
2.2.7. El pueblo común
La gran mayoría de
los judíos de Palestina no pertenecía a ninguna de las sectas. Estas multitudes
se conocían como el pueblo de la tierra, el pueblo común (‘am ha-ares). Ellos eran los palestinos cuyo judaísmo fue mezclado
(Esd 9:1-2; Neh 10:30-31). Eran los que por ignorancia o por indiferencia fallaron en observar la ley mosaica. En Jn
7:49 se ve el odio y desprecio de los fariseos hacia este grupo con la frase
“esta gente que no sabe la Ley, maldita es.” Tan profundo era el menosprecio
del fariseo para el pueblo común, que los consideraban como inmorales e
irreligiosos y que no merecían contacto alguno. No podían ser testigos en la
corte, no podían ser escogidos como guardianes de un huérfano. El fariseo no
podía comer con un ‘am ha-ares, menos
pensaren un matrimonio. Al contrario,
Jesús era amigo de esta clase de pueblo, y se asociaba libremente con ellos. Él
los consideraba como “ovejas que no tienen pastor” (Mt 9:36). Debido a su
amistad con este pueblo (cf. Mc 7:1-5; Lc 6:1-5; 11:37-41), Jesús fue
despreciado y rechazado por los líderes religiosos de su día.
2.2.8. Los Samaritanos
Los samaritanos
eran un pueblo mestizo judeo-pagano, que se separaron de la comunidad judía y
construyeron su propio templo sobre el Garizín. Los Samaritanos concedían una
gran importancia al hecho de descender de los patriarcas judíos. Pero los
judíos le negaron esa pretensión, señalando que eran descendientes de colonos
medo-persas extraños al pueblo. Tanto era el rechazo judío en el I siglo, que
les negaban todo lazo de sangre con el judaísmo. Pese a que reconocían la Ley
mosaica y la observaban no cambiaba nada en cuanto a su exclusión de la
comunidad de Israel, pues también eran acusados de culto idolátrico, a causa de
su veneración del Garizín como montaña sagrada. Sin embargo la razón
fundamental de excluir a los samaritanos era su origen y no el culto del
Garizín; pues, con la comunidad judía de Egipto no hubo ruptura a pesar de la
existencia del templo de Leontópolis. Este juicio fundamental sobre los
samaritanos trajo por consecuencia que fueron tratados como paganos..
2.3. La religión
romana
El mundo
romano es por naturaleza práctico
o, más exactamente,
político. Está representado por el Estado romano; por el gobierno, la administración, el mando, la auto
valoración y la valoración del derecho positivo. La
religión romana es social y de actos cultuales, y es practicada por los
miembros de una comunidad precisamente como tales, no individualmente. Es
esencialmente ciudadana. Está ligada a la esfera civil, familiar y socio-política
y es politeísta. La religión oficial de Roma no
tenía absolutamente nada que ver con la conciencia, con la intención interna.
Era la pura ejecución de un culto externo. El
paganismo romano no pretendía
exclusivismo alguno. Pero exigía el acto externo de sacrificar a los dioses reconocidos por el Estado.La tolerancia
religiosa en el Estado romano
estaba sustancialmente condicionada por una coacción de conciencia para aquellos que tenían otra
convicción religiosa. Este era el caso de los cristianos. El judaísmo tenía una excepción por ser religión nacional, por ello se les permitió rechazar el sacrificio. El
Estado romano, por consiguiente, no se preocupaba por la doctrina de alguna nueva religión, se preocupaba por consideraciones prácticas de bien común, si
esta era amenazada, entonces era una cuestión de estado y eso fue lo que paso
con el cristianismo. Pese a su politeísmo, su exigencia sacrificial brindo
condiciones para que el cristianismo
se extendiera. Su política de tolerancia religiosa para con los judíos, sirvió para qué el cristianismo creciera a las sombras de esta.
2.3.1.
Los cultos mistéricos romanos
Se ha afirmado que las
religiones mistéricas surgen en la antigüedad egipcia, con los dioses Isis,
Serapis y Anubis, pero también se observa su existencia en Grecia con Zeus y
Persefone, igualmente en las religiones frigias, como el mitraísmo, el culto a
Atis y Cibeles. Aunque los misterios egipcios parecen ser los más antiguos, y
los de Isis y Osiris fueron llevados a Roma bajo este nombre, estos dieron sin
duda nacimiento a las tres grandes iniciaciones llamadas misterios órficos,
misterios eleusinos y misterios samotrácicos. De esta forma Las religiones
mistéricas se extienden desde Grecia hacia la totalidad del Imperio romano, y a
pesar que varios emperadores quisieron evitarlo, entre los que destacó Augusto
y Tiberio, fue casi imposible en las filas de los soldados romanos. Durante la época imperial romana ocurrió un
fenómeno de sincretismo religioso entre los cultos latinos y los de divinidades
procedentes de África y Oriente. En Roma, por ejemplo, los misterios eleusinos,
cuyo origen se remonta a la Antigua Grecia, fueron introducidos bajo el nombre
de misterios de Ceres o de la buena diosa, tomando también otros
nombres particulares según los lugares en que se celebraban. También
prosperaron los cultos de Hermes Trismegisto y de Asclepio, con antecedentes
egipcios aunque helenizados.
Sin
embargo la más notable fue la influencia ejercida por la cultura persa e india
en relación al culto mitraico. Este culto a una divinidad llamada Mitra o Mitras tuvo especial implantación entre los soldados
romanos. Existen testimonios materiales de la práctica de esta religión en
numerosos lugares del antiguo Imperio romano: en Roma y en Ostia, así como en
Mauritania, Britania y las provincias fronterizas a lo largo del río Rin y del
Danubio, consistentes en restos de templos, inscripciones y obras de arte que
representan al dios u otros aspectos de la religión. Los orígenes de esta
religión no se conocen de forma precisa, aunque los estudiosos coinciden en
afirmar que llegó al mundo romano desde Oriente, concretamente desde Asia
Menor. El mitraísmo era una religión mistérica, de tipo iniciático (que inicia
en lo desconocido), basada en la transmisión oral y ritual de iniciado a
iniciado, y no en un cuerpo de escrituras sagradas. Recoge las concepciones
dualistas de origen zoroástrico y como en todas las religiones mistéricas, los
adeptos estaban obligados a mantener en secreto los rituales del culto. Por
todo ello, la documentación escrita concerniente al mitraísmo es prácticamente
inexistente. El estudio de esta religión se ha basado sobre todo en la iconografía
que decoraba los mitreos. La práctica del mitraísmo, como la de todas las
religiones paganas, fue declarada ilegal en el año 391 por el emperador
Teodosio.
3. Corrientes filosóficas en el período
apostólico.
Durante el período
apostólico se presentan tres marcadas tendencias filosóficas: el Platonismo, el
Estoicismo y el Epicureísmo. Las tres desarrollan un proceso de sincretismo,
dando por resultado el Neoplatonismo.
3.1.
El
Platonismo y su contra parte el aristotelismo
El platonismo
iniciado por el gran filósofo y fundador Platón, en el siglo 4 a.C., fue amigo
y discípulo de Sócrates, enseñaba que el mundo consiste de un número infinito
de cosas particulares, cada una de las cuales es una copia más o menos
imperfecta de una idea real. El mundo
real, por tanto, es el mundo de las ideas, del cual no es más que una sombra el
mundo material. A la cabeza de las ideas se coloca la idea del Bien. Si el
mundo verdadero es el reino invisible de las ideas, y si el cambiante cosmos en
el que el hombre vive es solamente transitorio, el afán del hombre consistirá
en escapar de lo irreal hacia lo real. Platón había defendido la inmortalidad del alma, y en
esto coincide plenamente con los cristianos, salvo que para el cristiano, el
alma si es generada y creada. Platón creyó en un Demiurgo que ordenaba el
mundo, los cristianos creen en Dios como Creador del mundo, y por tanto,
también como su ordenador. A la luz de estos conceptos, la Fe cristiana no
parece tan incomprensible. En la Edad Media consiguió un mayor impacto entre
las orbes intelectuales. En tanto que el aristotelismo seria la contrapuesta al platonismo de que las ideas no existen por
ellas mismas, separadas de los objetos. La realidad
es en sí misma inteligible y el hombre posee la capacidad constitutiva de
conocerla científicamente. La verdad de las cosas no reside fuera de ellas,
como ocurría con Platón, sino que ha de buscarse en la estructura interna de la
realidad, que está regida por unas leyes concretas y siempre iguales a sí
mismas. Es decir las cosas poseen un modo de ser. El universo propuesto por
Aristóteles es, por consiguiente, de carácter autónomo es un mundo que no debe
dirigirse a nada distinto de sí para explicarse: bien por su naturaleza
interna, bien por la capacidad cognoscitiva del hombre, la naturaleza de las
cosas y de las realidades puede conocerse científicamente
3.2.
El
Estoicismo
En Hch 17:18, 32
están asociados epicureísmo y estoicismo.
El estoicismo no reconocía un Dios personal, sino que enseñaba que el
universo está dirigido por una Razón Absoluta, una voluntad divina constante,
que lo posee totalmente y que lo lleva hacia un propósito progresivo. La razón
es el supremo bien. El sentimiento personal es inmaterial y perjudicial, pues
tiende a confundir la solución racional con los problemas. Los estoicos creían
que la naturaleza es como debe ser y que cualquier cosa que pase está regida
por la providencia; no hay lugar para alterar el proceso o para detener su
curso. El universo tiene que aceptarse, no cambiarse. Esta actitud fatalista
enseñaba el dominio propio y en consecuencia provocaba un elevado tipo de
moralidad y ética. Todos los aparentes
males eran para los estoicos nada más que una parte de un bien más grande. El
individuo queda obligado a actuar virtuosamente por sí mismo, conformándose a
la más alta razón que conoce, sin tener una obligación de procurar un cambio en
la suerte común de los hombres ni de protegerse de las adversidades. No era
posible para el estoico un trato personal con Dios porque según los estoicos
Dios no tiene interés personal en los asuntos de los hombres porque Él no es
entidad personal. Todo el concepto del evangelio, en el que Dios envía a su
Hijo al mundo para morir por los hombres, tendría que parecer ridículo a los estoicos.
3.3.
El
Epicureísmo
De Epicuro (341 a.C.-270
a.C.), filósofo griego nacido en la isla de Samos. Enseñaba que
el mundo había sido producido por un accidente y como tal no queda espacio para
el propósito ni para el designio, tampoco la religión. No puede haber ningún
bien final absoluto. El supremo bien posible, decía Epicuro, es el placer, el hedonismo,
la ausencia del dolor. Al contrario de lo que generalmente se dice del
epicureismo, entonces, no abogaba por la sensualidad, sino más bien por la
elección de aquellos placeres que darán al individuo la más duradera y plena
satisfacción. Si el mundo se debió a la materia y a la casualidad, no hay
necesidad de ningún poder creador. Como filosofía, el epicureismo fue muy
popular porque no se inclinaba al razonamiento abstracto. Apelaba a las
consideraciones emocionales que proporcionan una justificación filosófica para
hacer lo que más quiere la gente – el placer es la finalidad suprema de la
vida. Desechaba todo pensamiento acerca del pecado o de la responsabilidad ante
un juicio final, puesto que no predicaba el propósito ni el término del proceso
del presente mundo. No tomaba en cuenta la inmortalidad, porque estando el
cuerpo formado solamente de átomos, no puede sobrevivir después de la presente
vida. En consecuencia no nos debe asombrar que los atenienses se hayan burlado
del discurso de Pablo en el Areópago, sobre
“Jesús y la resurrección” (Hch 17:18, 32).
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