lunes, 25 de agosto de 2014

Treceava sesión: Historia Eclesiástica


              i.        Surgimiento de las denominaciones protestantes[1]

El término "evangélico", se usa para designar genéricamente a los cristianos protestantes y a sus iglesias. Al tener para algunos el término protestante cierto matiz peyorativo, hoy se considera más oportuno el de evangélico. En la actualidad es más común denominar evangélico a lo perteneciente a las Iglesias Fundamentalistas relacionadas con el conservadurismo social y herederas más plenas de la Teología Calvinista, aunque no son calvinistas ni pertenecen al calvinismo, sino que heredan su teología. Así la palabra evangélico se ha referido comúnmente al protestantismo, en contraste del catolicismo. En otras épocas, el nombre ha derivado en diversos significados de acuerdo a la era:

  • En Europa desde la Reforma Protestante del siglo XVI, las iglesias luteranas fueron llamadas iglesias evangélicas, a diferencia de las iglesias reformadas de Ulrico Zuinglio, Juan Calvino y sus asociados.
  • Desde el siglo XVII en adelante, en la sociedad puritana de la Iglesia de Inglaterra a quienes se retiraban de la misma se les decía despectivamente "no conformistas" y "disidentes", y también fueron llamados evangélicos.
  • Durante el "Primer Gran Despertar" en los Estados Unidos, el término distinguía a los que apoyaban el revivalismo. En comparación a aquellos que daban énfasis a la conversión como un proceso prolongado, los evangélicos buscaban una sola experiencia para marcar el punto inicial de la vida cristiana.

Raíces
El movimiento evangélico contemporáneo tiene sus orígenes en el siglo XVIII. En ese periodo, el Primer Gran Despertar influyó profundamente en la vida religiosa de los Estados Unidos, mientras que al mismo tiempo John Wesley y el Movimiento Metodista renovaban el cristianismo británico. Mucho de este fervor religioso fue una reacción a los escritos del pensamiento ilustrado de muchas élites filosóficas occidentales. El gran énfasis del reciente movimiento metodista, así como el Despertar, eran de conversión individual, piedad personal y estudio bíblico, la moralidad pública a menudo implica sobriedad y valores familiares, abolicionismo, un rol amplio del laicado y las mujeres en la adoración, evangelización y enseñanzas, y una cooperación en la evangelización entre diversas líneas denominacionales, es decir, interdenominacionalmente.

En sus primeros años, lo que se llegó a conocer como evangelicalismo era un gran híbrido de énfasis calvinista en la doctrina ortodoxa, y el énfasis pietista en el corazón y en la "relación personal" con Dios. El movimiento vio una variedad de estilos litúrgicos y aproximaciones ministeriales, aunque las características comunes eran una fuerte prédica, conversión personal y evangelismo. Algunas figuras del evangelicalismo anglosajón incluyen a: Jonathan Edwards, teólogo y predicador puritano estadounidense; George Whitefield, predicador metodista británico; Robert Raikes, quien establece la primera Escuela Dominical para prevenir que los niños pobres entraran en una vida de crimen; Charles Wesley, popular escritor de himnos; y Francis Asbury, arzobispo metodista estadounidense.

Doctrina
La Biblia es aceptada como fidedigna y la última autoridad en materia de fe y práctica. La doctrina de la Reforma Protestante de la sola scriptura,  la sola fide, sola Gracia, sola Cristo son primarias. La historicidad de los milagros de Jesús y el nacimiento virginal, crucifixión, resurrección, y la  Segunda Venida son afirmadas, aunque hay una variedad de entendimientos del fin de los tiempos y de escatología. Comentaristas e historiadores describen cuatro características de los evangélicos:

  1. Énfasis en la experiencia de la conversión, también llamado nuevo nacimiento, de acuerdo a Juan 3:3. Por ende los evangélicos a menudo se refieren a sí mismos como cristianos nacidos de nuevo. Se dice que esta experiencia es recibida "sólo por fe" y que es dada por Dios como resultado sólo de Su gracia.
  2. El canon protestante de la Biblia como la única o primaria fuente de autoridad religiosa, como una revelación de Dios a la humanidad. Se da énfasis a la profecía bíblica, especialmente si es interpretada de acuerdo al dispensacionalismo. Por ende, la doctrina de la "sola scriptura" es apoyada y enfatizada.
  3. La evangelización (acto de compartir las creencias de uno o de anunciar las buenas nuevas) en un trabajo misionero organizado o por reuniones personales y relaciones con otros.
  4. Un foco central en el trabajo redentor de Cristo en la cruz como el único medio para la salvación y el perdón de los pecados. Por que el único puente para llegar a Dios es Jesús. Filipenses 4:13

Desarrollo

Siglo XIX


Los cristianos evangélicos fueron un grupo diverso; algunos encabezaron movimientos como la abolición de la esclavitud, reforma en las prisiones, establecimiento de orfanatos, construcción de hospitales, y fundando instituciones educacionales. En 1846, 800 cristianos de 10 países se juntaron en Londres para generar la Alianza Evangélica. Ellos vieron a esto como "una nueva cosa en la historia de la iglesia, una organización definitiva para la expresión de la unidad entre los individuos cristianos pertenecientes a diferentes iglesias". Sin embargo, la Alianza actuó con indecisión frente a la esclavitud. A pesar de esto, entregó un fuerte impulso para el establecimiento de comunidades evangélicas nacionales y regionales.

William Booth, un ministro Metodista, fundó la Misión Cristiana en Londres el 5 de julio de 1865 que luego se transformó en el Ejército de Salvación en 1878, tomando una organización y estilo casi-militar.

Siglo XX

Los evangélicos del siglo XX siguieron siendo muy variados. Algunos trabajan completamente dentro de su propia denominación, otros ponen menos cuidado a diferencias denominacionales y pueden ser miembros de iglesias independientes menos formales y basadas localmente. Sin embargo, se mantiene la larga tradición evangélica de dar asistencia a los necesitados en áreas prácticas, como la medicina y la educación, junto con el evangelio, de forma local o en el extranjero, para influir en la sociedad por otros medios además del evangelio. Otros se ocupan mediante intentos de mejorar la sociedad por medios políticos. El activismo evangélico se puede expresar en alfabetización, fondos de comida, agencias de adopción, consejería matrimonial y mediación del abuso conyugal, centros de párvulos, consejería y cuidado para madres solteras, o cualquier tipo de trabajo de ayuda y defensoría. La percepción popular parece localizar a todo el evangelicalismo a la 'derecha' de las controversias políticas, en asuntos como el aborto, o la liberalización de definiciones legales como "familia", "matrimonio", o "unión civil" para incluir parejas del mismo sexo. Este supuesto de uniformidad no es completamente cierto; sin embargo, hay una correspondencia entre el conservadurismo teológico y religioso, y conservadurismo social por razones obvias.

A fines del siglo XX, los medios seculares tienden a describir a los creyentes tradicionales cristianos como fundamentalistas, incluyendo la mayoría de los evangélicos. Sin embargo, en ambos movimientos, los términos fundamentalista y evangélico no son sinónimos; las etiquetas representan diferencias muy distintivas de aproximaciones las cuales ambos grupos son diligentes en mantener.

Fundamentalismo

En el siglo XX, el cristianismo modernista en las denominaciones protestantes fue produciendo nuevos entendimientos o interpretaciones del rol de la Biblia para el cristiano y las enseñanzas de la Biblia. Estas tendencias fueron vistas por sus oponentes como una amenaza a la fe cristiana y el bienestar de la sociedad, como posadas para los ilustrados y un abandono de los principios de la Reforma Protestante.

El fundamentalismo cristiano fue una respuesta protestante conservadora a las tendencias liberales en sus iglesias. Fue un movimiento para preservar lo que ellos veían como un mínimo de ortodoxia, o un cristianismo fundamental, contra el abandono liberal de estos aspectos básicos de entendimiento tradicional de la fe, como la infabilidad de la Biblia, el nacimiento virginal de Cristo, la autenticidad de sus milagros, la resurrección carnal de Jesús y la creencia de que su muerte en la cruz lava los pecados. Esta defensa de la tradición fundamental cristiana fue llamada Fundamentalismo. Algunos fundamentalistas apoyan fuertemente la separación de aquellas denominaciones e instituciones en la cual el modernismo era dominante. Muchas de estas identifican la causa fundamentalista con ciertas doctrinas específicas, aproximaciones a la cultura y estilos de adoración, oración o planes de gobierno de iglesias, los cuales no son compartidos por sus seguidores, algunos de los cuales aparecieron sólo en el siglo previo. Otros reaccionan fuertemente en contra del separatismo y la exclusividad. Ellos buscan el distinguir su cronograma para defender la ortodoxia fundamental familiar a sus antepasados, de los fundamentalistas quienes piensan establecer una nueva ortodoxia. Algunos de los líderes de esta amplia bancada se autodenominan 'neo-evangélicos'.

Neoevangelicalismo

El movimiento Neoevangélico fue una respuesta entre la ortodoxia protestante tradicionalista al separatismo del fundamentalismo cristiano, comenzando entre 1920 y 1930. Los Neoevangélicos mantienen la visión de que las bancadas liberales y modernistas en las iglesias protestantes han rodeado su herencia como evangélicos al acomodar las visiones y valores del mundo. Sin embargo, ven el separatismo fundamentalista y el rechazo del evangelio social como una sobrerreacción. Culpan a los modernistas de haber perdido su identidad como evangélicos, y atacan a los fundamentalistas de haber perdido el corazón "como Cristo" del evangelicalismo. Argumentan que el Evangelicalismo necesita ser reafirmado para distinguirlo de las innovaciones de los liberales y de los fundamentalistas; por lo que han acuñado el término 'Neo-' (nuevo o renovado) 'evangelicalismo'.

Ellos buscan enlazar el mundo moderno y los liberales de una forma positiva, manteniéndose separados de la mundanalidad pero no del mundo — un camino medio, entre el modernismo y la variedad separatista del fundamentalismo. Buscan aliados en iglesias denominacionales y tradiciones litúrgicas, entre los no-dispensacionalistas, y las variedades trinitarias del Pentecostalismo. Creen que al hacer esto, están simplemente re-familiarizando el protestantismo a su propia tradición reciente. El blanco del movimiento en sus comienzos fue el reclamar la herencia evangélica en sus respectivas iglesias, no el comenzar algo nuevo; y por esta razón, después de su separación de los fundamentalistas, el mismo movimiento se ha conocido simplemente como "evangelicalismo". A fines del siglo XX, esto fue el desarrollo más influyente en la cristiandad protestante estadounidense. El término neoevangelicalismo ya no posee un significado confiable, excepto para propósitos históricos. Todavía sigue describiendo un movimiento, utilizado para distinguir las bancadas en la división del desarrollo fundamentalista antes de 1950. El término ahora es utilizado exclusivamente por críticos a los ultraconservadores para distinguir sus ideas de evangelicalismo de estos movimientos. Algunos escritores liberales, críticamente hablando, se refieren al neoevangelicalismo o neofundamentalismo, con significados comparativamente variables.

Organizaciones paraeclesiásticas

Las organizaciones paraeclesiásticas son un medio por el cual los cristianos evangélicos trabajan colaborativamente fuera y entre las denominaciones cristianas para enlazarse con el mundo en una misión, bienestar social y evangelismo. Mediante muchas organizaciones descentralizadas, las organizaciones paraeclesiásticas realizan la función de hacer de puente entre la iglesia y la cultura. Estas estructuras organizaciones "anexas" (griego: para-) a la iglesia, a menudo buscan ser menos institucionales, sin embargo, con el correr del tiempo, el crecimiento y éxito, y en respuesta a las presiones del ambiente se transforman en más institucionales.

Roles y organización

Los roles tomados por las organizaciones paraeclesiásticas incluyen:
  • Asociaciones cruzadas evangelísticas (modeladas de acuerdo a la Asociación Billy Graham)
  • Ministerios evangelísticos y discipulados (tales como Los Navegantes).
  • Música e imprentas, estaciones de radio y televisión, estudios de cinematográficos, ministerios en línea.
  • Centros de estudios e institutos, escuelas y universidades.
  • Grupos activistas políticos y sociales.

Iglesias Evangélicas en el mundo

Globalmente, las Iglesias Evangélicas y otras ramas del mismo están entre los movimientos cristianos más influyentes y de más rápido crecimiento. Algunos ejemplos de iglesias consideradas evangélicas en el Perú son:

  • Luteranos.
  • Anglicanos
  • Metodistas
  • Wesleyanos
  • Presbiterianos
  • Bautistas
  • Hermanos Libres
  • Alianza Cristiana y Misionera
  • Los Peregrinos
  • I.E.P
  • Asambleas de Dios
  • Pentecostales
  • Etc.



[1] Iglesias evangélicas, http://e-ciencia.com/recursos/enciclopedia/Iglesias_Evang%C3%A9licas consultado el 30 de junio de 2011
Doceava sesión: Historia Eclesiástica

1)    La Reforma Protestante en los países de Europa.

              i.        Martín Lutero[1]

Nació en Eisleben, Turingia, 1483-1546. Se hizo monje agustino en 1505 y comenzó a estudiar Teología en la Universidad de Wittenberg, en donde se doctoró en 1512. Siendo profesor comenzó a criticar la situación de la Iglesia católica: Lutero protestaba por la frivolidad en la que vivía gran parte del clero (especialmente las altas jerarquías, como había podido contemplar durante una visita a Roma en 1510) y también el que las bulas eclesiásticas -documentos que concedían indulgencias a los creyentes por los pecados cometidos- fueran objeto de un tráfico puramente mercantil. Las críticas de Lutero reflejaban un clima bastante extendido de descontento por la degradación de la Iglesia, expresado desde la Baja Edad Media por otros reformadores que se pueden considerar predecesores del luteranismo, como el inglés John Wyclif (siglo XIV) o el bohemio Jan Hus (siglo XV). Las protestas de Lutero fueron subiendo de tono hasta que, a raíz de una campaña de venta de bulas eclesiásticas para reconstruir la basílica de San Pedro dirigida por Johan Tetzel, origino su protesta pública, redactando 95 tesis que clavó en la puerta del castillo de Wittenberg (1517). La Iglesia hizo comparecer varias veces a Lutero para que se retractase de aquellas ideas (en 1518 y 1519); pero en cada controversia Lutero fue más allá y rechazó la autoridad del papa, de los concilios y de los «Padres de la Iglesia», remitiéndose en su lugar a la Biblia y al uso de la razón. En 1520, Lutero completó el ciclo de su ruptura con la Iglesia, al desarrollar sus ideas en tres grandes «escritos reformistas»: Llamamiento a la nobleza cristiana de la nación alemana, La cautividad babilónica de la Iglesia y Sobre la libertad cristiana. Finalmente, el papa León X le condenó y excomulgó como hereje en una bula que Lutero quemó públicamente (1520); y el nuevo emperador, Carlos V, le declaró proscrito tras escuchar sus razones en la Dieta de Worms (1521). Lutero permaneció un año escondido bajo la protección del elector Federico de Sajonia; pero sus ideas habían hallado eco entre el pueblo alemán y también entre algunos príncipes deseosos de afirmar su independencia frente al papa y frente al emperador, por lo que Lutero no tardó en recibir apoyos que le convirtieron en dirigente del movimiento reformista.

Desde el edicto de Worms (1521) hasta el año 1555, la política del imperio alemán estuvo en una gran incertidumbre. El Emperador Carlos V mantuvo su residencia en España, lo que le impidió gobernar adecuadamente la nación teutónica. Aunque Carlos V es considerado como uno de los monarcas más católico-romanos de la historia, sin embargo la incertidumbre de su política respecto a la Iglesia llegó hasta el grado de apresar al mismo Sumo Pontífice, después de haber atacado a Roma por medio de un ejército que en su mayor parte se componía de luteranos. En el año de 1529 se reunió en Espira una conferencia con el objeto de arreglar los asuntos religiosos que tan profundamente afectaban el imperio, y en ella se dispuso que en todos los lugares donde ya se había establecido la doctrina evangélica se diera libertad para que continuara, pero que en las regiones donde no se había establecido, se prohibiera en absoluto la propaganda anti-romanista. Los príncipes alemanes evangélicos protestaron contra esta disposición, y esta es la razón histórica por la cual se han denominado «Protestantes» a todos los partidarios de la nueva Iglesia. Los príncipes alemanes que apoyaron a Lutero, lo hicieron por varias razones entre ellas: el deseo de conseguir una mayor autonomía con respecto al emperador, conseguir recuperar los bienes que había tomado la iglesia católica, además de las profundas convicciones intelectuales y religiosas que algunos tenían.

Entre los otros príncipes[2] Alemanes que prontamente se asociaron a Lutero y secundaron sus esfuerzos estuvieron: Juan de Sajonia (el hermano de Federico); El Gran-Maestro Albet de Prusia, que convirtió las tierras de su orden en un ducado secular, tornándose su señor hereditario al aceptar el Luteranismo; Los Duques Enrique y Alberto de Mecklenburg; El Conde Alberto de Mansfield; El Conde Edzard, de Friesland del este; Landgrave Felipe de Hesse, quien se declaró definitivamente a favor de la Reforma después de 1524. Mientras tanto en varias ciudades imperiales de Alemania el movimiento de reforma fue iniciado por seguidores de Lutero –especialmente en Ulm, Augsburgo, Nuremberg, Nördlingen, Estrasburgo, Constanza, Mainz, Erfurt, Zwickau, Magdeburg, Frankfort-on-the-Main y Bremen. Los príncipes Luteranos formaron la Alianza de Torgau el 4 de mayo de 1526, para su defensa común. A través de su aparición en la Dieta de Séller en 1526, aseguraron la adopción de la resolución de que, con relación al Edicto de Worms, contra Lutero y sus doctrinas, cada uno debería adoptar una actitud tal que pudiese responder ante Dios y el emperador. La libertad para introducir la Reforma en sus territorios fue conferida entonces a los mandatarios territoriales. Los estados Católicos eran desalentados, mientras los príncipes Luteranos, se volvieron más extravagantes aún con sus demandas. Incluso los decretos enteramente moderados de la Dieta de Speyer (1529) delinearon una protesta de los Luteranos y de los estados Reformados.

Las negociaciones en la Dieta de Augsburgo (1530), en la cual los estados que rechazaban la fe Católica elaboraron su credo (la Confesión de Augsburgo), mostraron que la restauración de la unidad religiosa no sería efectuada. La Reforma se difundió más y más, siendo tanto el Luteranismo como el Zuinglianismo introducidos en otros territorios alemanes. Junto con los principados y ciudades mencionados arriba, para 1530 había hecho su camino hasta los principados de Bayreuth, Ansbach, Anhalt y Brunswick-Lunenburg y en los pocos años siguientes hasta Pomerania, Jülich-Cleve y Wurtemberg. En Silesia y en el ducado de Liegnitz la Reforma también hizo grandes avances. En 1531, la Liga de Esmalcalda, una alianza ofensiva y defensiva fue consolidada entre los príncipes Protestantes y las ciudades. Especialmente después de su renovación (1535), a esta Liga se sumaron otras ciudades y príncipes que se habían unido a la Reforma, por ejemplo, el Conde Palatino Ruperto de Zweibrücken, el Conde Guillermo de Nassau, las ciudades de Augsburgo, Kempten, Hamburgo y otras. Nuevas negociaciones y discusiones entre los partidos religiosos fueron instituidas en vistas al término del cisma, pero sin éxito.

Entre tanto Lutero viajó a Mansfeld debido a alguno problemas familiares, quienes continuaban en la mina de cobre de Hans Lutero, que estaba amenazada por las intenciones de los Condes Albrecht, Philip, John George y Gerhard de Mansfeld de controlar esa industria para su beneficio personal. Las negociaciones obligaron tres viajes a Lutero dos en 1545 y una en 1546. El 23 de enero Lutero dejó Wittenberg acompañado por sus tres hijos. Las negociaciones concluyeron con éxito el 17 de febrero. Pasadas las 8 de la tarde de ese día, Lutero sufrió dolores en el pecho y al día siguiente, el 18 de febrero fallecería.

Entre los métodos adoptados por los protestantes en la expansión de la Reforma, la fuerza era cada vez más libremente empleada. Habiendo quedado vacante la Diócesis de Namburg-Zeitz, el Elector Federico de Sajonia instaló en la sede al predicador Luterano Nicolás Amsdorf y él mismo asumió el gobierno secular. El Duque Enrique de Brunswick-Wolfenbuttel fue exilado en 1542, y la Reforma se introdujo en sus dominios casi forzadamente igualmente en Colonia. En Pfalz-Neuburg y en los estados de Halberstadt, Halle, etc., la Reforma halló entrada. Pero el colapso de la Liga de Esmalcalda (1547) estancó de alguna manera el progreso de la Reforma: Julius von Pflug se instalo en la diócesis de Naumburg, el Duque Enrique de Brunswick-Wolfenbuttel recobró sus tierras y Hermann von Wied tuvo que abdicar de la Diócesis de Colonia, en donde la fe Católica fue entonces mantenida. La fórmula de unión establecida por la Dieta de Augsburgo en 1547-48 (el Interim de Augsburgo) no tuvo éxito en sus propósitos, a pesar de haber sido introducida en muchos territorios protestantes. Mientras tanto, el Príncipe Mauricio de Sajonia, hizo un tratado secreto con Enrique II de Francia, enemigo de Carlos V, y formó una Confederación con los príncipes Protestantes Guillermo de Hesse, Juan Alberto de Mecklenburg y Alberto de Brandeburgo, para hacer guerra al emperador y a su imperio, así se quebró el poder del emperador. Por sugerencia de Carlos, el Rey Fernando convocó la Dieta de Augsburgo en 1555, en la cual, después de largas negociaciones, fue concluido el pacto conocido como la Paz Religiosa de Augsburgo.

Este pacto contenía las siguientes provisiones en sus veintidós párrafos: entre los estados imperiales Católicos y aquellos de la Confesión de Augsburgo (los Zuinglianos no estaban considerados en el tratado) deberían ser observadas la paz y la armonía; ningún estado del imperio debería compeler a otro estado de sus dominios a cambiar de religión, tampoco debería hacer guerra contra los mismos en nombre de la religión; si un dignatario eclesiástico asume la Confesión de Augsburgo, perdería toda su dignidad eclesial con todos oficios y emolumentos ligados a ella, sin pérdida, sin embargo, de su honor y posesiones privadas. Los estados Luteranos protestaron contra esta provisión eclesiástica; a los que sostenían la Confesión de Augsburgo debería dejarse en posesión de toda propiedad eclesiástica que hubieran tenido desde el comienzo de la Reforma; después de 1555 ningún partido debería tomar cosa alguna de los demás; hasta la conclusión de la paz entre los cuerpos religiosos en contienda –a ser efectuada en la próxima Dieta de Ratisbona– la jurisdicción eclesiástica de la jerarquía Católica estaba suspendida en los territorios de la Confesión de Augsburgo; si se levanta cualquier conflicto entre los partidos con relación a derechos o tierras, debe hacerse primero un intento de solucionar las disputas por arbitración; ningún estado imperial podía proteger a los súbditos de otro estado de las autoridades; todo ciudadano del Imperio tenía el derecho de elegir cualquiera de las dos religiones reconocidas y de practicarla en otro territorio sin la pérdida de derechos, honor y propiedad (sin perjuicio, sin embargo, de los derechos del señor territorial sobre su campesinado); esta paz debería incluir a los caballeros libres y a las ciudades libres del Imperio y las cortes imperiales tenían que guiarse exactamente por sus provisiones; los votos podían ser administrados tanto en el nombre de Dios o de Su Santo Evangelio. Por medio de esta paz, el cisma religioso en el Imperio Alemán fue definitivamente establecido; de aquí en adelante los estados Católicos y Protestantes son campos opuestos. Casi toda la Alemania, desde la frontera con Holanda en el Oeste hasta la frontera con Polonia en el Este, el territorio de la Orden Teutónica en Prusia, Alemania Central con excepción de la mayor parte de la porción occidental, y (en Alemania del Sur) Wurtemburg, Ansbach, Pfalz-Zwebrucken, y otros pequeños dominios, con numerosas ciudades libres, habían abrazado la Reforma Luterana. Por otra parte, en el sur y sureste, que permanecieron predominantemente Católicos, encontró seguidores más o menos numerosos. El Calvinismo también se expandió bastante ampliamente.

Pero la Paz de Augsburgo, falló en asegurar la armonía que se esperaba. Contrariamente a sus provisiones expresas, una serie de principados eclesiásticos (2 arzobispados, 12 obispados y numerosas abadías) fueron reformados y secularizados antes del comienzo del siglo XVII. La Liga Católica fue formada para la protección de los intereses Católicos y para contrabalancear la Unión Protestante. Pronto sobrevino la Guerra de las Treinta Años, una lucha de las más nefastas para Alemania, dado que dejo el país a sus enemigos del oeste y del norte, y destruyo el poder, la riqueza e influencia del Imperio Alemán. La Paz de Westfalia, concluida en 1648 con Francia en Munster y con Suecia en Osnabruck, confirmó definitivamente el status del cisma religioso en Alemania, ubicó a los Calvinistas y a los Reformados en la misma condición de los Luteranos y concedió inmediatamente a los estados subordinados al emperador, el derecho de introducir la Reforma. De aquí en adelante, los soberanos territoriales podían compeler a sus súbditos a adoptar una religión determinada, sometidos al reconocimiento de la independencia de aquellos quienes, en 1624, gozaron el derecho de sostener sus propios servicios religiosos. El Absolutismo del Estado en cuestiones religiosas había alcanzado ahora su más grande desarrollo en Alemania.

             ii.        Ulrico Zwinglio Y La Reforma En Suiza[3]

En Suiza también se van a separar algunos territorios de la Iglesia Católica; aparecieron una serie de predicadores que criticaban la corrupción de la Iglesia Católica y defendían la creación de una Iglesia distinta. Uno de los primeros fue Zwinglio. Quien estudió la educación básica en Weesen, cursó algunos estudios en Berna. Llegó a Viena en 1498 y se inscribió en la Universidad de Basilea, donde hizo un posgrado en 1504 y un doctorado en 1506.  Zuinglio se convirtió en presbítero en Glarus, tras graduarse como doctor en teología (1506). Allí estudió griego y hebreo, leyó a Erasmo de Róterdam y llegó a la conclusión de que muchas de las doctrinas de la Iglesia estaban en contradicción con las enseñanzas del Nuevo Testamento. Zuinglio se opuso a las campañas de la ciudad contra el Papa Julio II, una guerra en la que participaban mercenarios suizos. La ciudad luchaba al lado de los franceses en Lombardía (1512-1515). En aquella época se contrataban mercenarios suizos a las órdenes del Papa para luchar en las guerras. Zuinglio fue llamado al servicio militar en varias ocasiones, en muchas de las cuales se negó, lo que le valió ser nombrado párroco en 1518, donde consiguió crear en el pueblo un sentimiento de empatía hacia los franceses.

Antes de que Lutero publicara sus 95 tesis el 31 de octubre de1517 en la Catedral de Wittenberg, en 1516, Diebold de Geroldseck llamó a Zuinglio para predicar en el monasterio de Maria-Einsiedeln, con lo que entra en contacto con uno de los centros más activos de peregrinación y también de supersticiones. Comienza así su predicación contra estas prácticas y contra el negociante de indulgencias Bernardin Samson, que había llegado a Suiza a instancias del Papa en 1518. Predica asimismo contra la costumbre de los suizos de alistarse como mercenarios a las órdenes del Papa, lo que le proporcionó el cargo de predicador en Zúrich, cuyo gobierno estaba enfrentado con la autoridad romana. El 1 de enero de 1519 comienza su actividad en Zúrich, donde con su discurso claro y directo va explicando a los feligreses los evangelios. El gobierno de la ciudad decide apoyar las nuevas enseñanzas y dispone en 1520 que todos los predicadores actúen siguiendo las pautas de Zuinglio. En 1522 Zuinglio publica su primera obra reformadora, dirigida contra el ayuno propugnado por la Iglesia de Roma. Defiende así un acontecimiento real en el que, al parecer, un amigo suyo había comido carne durante el período de ayuno, lo cual justifica Zuinglio con el argumento de que el ayuno va contra la fe cristiana. De la misma época es un escrito enviado por él y diez de sus compañeros al obispo de Constanza, en el que afirmaban su disposición a seguir predicando según los Evangelios y pedían la supresión del celibato. El Papa Adriano VI intenta convencerle de que no emprenda nuevas acciones que atenten contra la sustancia de la teología romana.

Ante la acusación de los dominicos, de que Zuinglio propagaba la herejía, el Gran Consejo de la ciudad de Zúrich convocó para el 29 de enero de 1523 a un elevado número de teólogos a un debate público (1ª Disputación de Zúrich), en la que se debía discutir sobre las tesis defendidas por Zuinglio. A ella acudieron 600 personas entre clérigos y laicos y, puesto que los enviados del obispo sólo pudieron hacer valer en su favor la tradición y las disposiciones de los concilios, el Consejo decidió adjudicar a Zuinglio la victoria dialéctica. No sería esa, sin embargo, la única disputa oficial y pública que se celebró en Zúrich. Entre el 26 y el 29 de octubre de 1523 se dirime, en presencia de 900 asistentes, la necesidad de suprimir las imágenes de las iglesias, decisión que se acaba adoptando y que se pondrá en práctica de una manera paulatina. Asimismo, entre el 13 y el 14 de enero de 1524 el tema tratado fue la misa y su posible supresión, lo que finalmente se establece. Ese mismo año Zuinglio se casa con la viuda Anna Meyer, con la que convivía desde hacía algún tiempo. La Reforma en Zúrich comportó además una serie de medidas de regulación social con las que el Consejo pretendía organizar el sistema escolar, el matrimonio, las costumbres, etc. El papel de Zuinglio es capital en este proceso, pues si bien no asume ningún cargo orgánico, su carisma y su predicamiento entre el pueblo le convierten en una figura determinante del proceso.

Zuinglio publica en 1525 su confesión de fe (De la verdadera y la falsa religión). Su teología, similar con la de Lutero menos en el tema de la Cena del Señor. A partir de 1525, la Reforma en Zúrich se completa: se administra la Cena del Señor simbólicamente, se suprime la misa se eliminan las imágenes de las iglesias se decreta la supresión del celibato sacerdotal se establece y regula una beneficencia para los pobres, financiada con los fondos obtenidos de la secularización de bienes eclesiásticos. Ese año de 1525 se funda en Grossmünster una escuela para teólogos, donde se enseña exégesis bíblica, para los predicadores.  Para la teología de Zuinglio es importante las relaciones entre el poder laico y el religioso, pues mientras, por un lado, considera que es derecho y obligación del poder terrenal organizar la Iglesia y la sociedad, admite por otro lado la posibilidad de derrocar al grupo gobernante si éste no se comporta de manera apropiada a las enseñanzas del Evangelio. La Reforma luego de ingresar a Zurich, llego a Basilea. Siguieron resultados similares en Appenzell, cerca de Rhodes, Schaffhausen y Glarus. Después de una larga disputa, llego a Berna, en donde varios predicadores se asociaron a la Reforma de Zuinglio. Se cerraron los monasterios y se adoptaron las innovaciones reformadas. En todo el imperio, el Zuinglianismo era un gran rival del Luteranismo, hasta el punto de que se inició un violento conflicto entre las dos confesiones. Estas diferencias devienen claramente insuperables en el intento más importante que se hace de aunar posiciones, cuando en octubre de 1529 el landgrave Felipe de Hesse, Felipe I, invita a Zuinglio y Lutero a una discusión teológica (conocida como Disputa de Marburgo). La situación política en la Suiza del siglo XVI resulta sin duda determinante para el ulterior desarrollo de la reforma zuingliana. A pesar de la Primera Paz de Kappel de 1529, las tensiones entre Zúrich y Berna (que había sido ganada por Zuinglio para su movimiento), por un lado, y los cantones que permanecían católicos, por otro, no podía menos que estallar en un conflicto político - y finalmente también armado. La opción de Zuinglio era en este sentido clara: usar las armas para extender la verdad del Evangelio era una obligación de todo buen cristiano.

En Mayo de 1526, una gran disputa religiosa fue sostenida en Baden, estando los Católicos representados por Eck, Johann Faber y Murner y los Reformados por Ecolampadio y Berthold Haller. La mayoría de los representantes de los estados presentes se declararon en contra de la Reforma, y los escritos de Lutero y Zuinglio fueron prohibidos. Eso despertó la oposición de los estados Reformados. En 1527, Zurich formó una alianza con Constanza; Basilea, Berna; y otros estados Reformados se unieron a la Confederación en 1528. En defensa propia, los estados Católicos formaron una alianza en 1529. En la guerra resultante, Los suizos montañeses, que habían permanecido católicos, fueron a atacar Zurich y obtuvieron una victoria en Kappel. El 11 de octubre de 1531 Zuinglio murió en el campo de batalla. Con una actitud impropia Lutero se alegró públicamente de su muerte. Luego les fue concedida la paz a Zurich y a Berna, con la condición de que ningún lugar debería molestar a otro en nombre de la religión y de que los servicios Católicos deberían ser libremente mantenidos en los territorios comunes. La Fe Católica fue restablecida en ciertos distritos de Glarus y Appenzell; la Abadía de St. Gall fue restaurada para el abad, a pesar de que la ciudad permanecía Reformada. Sin embargo, en Zurich, Basilea, Berna y Schaffhausen, los Católicos fueron incapaces de asegurar sus derechos. Los Reformistas Suizos pronto compusieron afirmaciones formales de sus creencias; especialmente vale la pena mencionar la Primera Confesión Helvética (Confessio Helvetica I), compuesta por Bullinger, Myconius, Grynaeus y otros (1536), y la Segunda confesión compuesta por Bullinger en 1564 (Confessio Helvetica II): la última fue adoptada en la mayoría de los territorios Reformados de modelo Zuingliano. y sus iglesias acabaron haciéndose luteranas. Como traductor de la Biblia, Ulrico Zuinglio trabajó en estrecha colaboración con Leo Jud. La traducción se conoce hoy en día como "La Biblia de Zürich".

           iii.        El Movimiento Anabaptista[4]

Los anabaptistas fueron llamados los «radicales” de la reforma, ya que pensaban en una reforma de la Iglesia mucho más profunda que la que exigían Lutero, Zwinglio y los otros primeros reformadores. La palabra anabaptistas designa a los que eran «rebautizadores". Nunca hubo una comunidad homogénea que pudiera identificarse como los anabaptistas.  Algunos anabaptistas proclamaban la proximidad del fin del mundo y basándose en interpretaciones de Daniel y del Apocalipsis, indujeron a sus seguidores a tomar las armas para exterminar a los impíos. Uno de ellos. Thomas Müntzer (1488-1525). capitaneó la revuelta de los campesinos en 1524-1525. Estas acciones violentas fueron en parte el motivo por el que tanto los católicos como los protestantes persiguieran a los anabaptistas.
La mayor parte de los anabaptistas era pacifista, como los seguidores de Conrad Grebel (1498-1526). A comienzos de 1525, bautizó a un ex sacerdote llamado George Blaurock (1491-1529), después de que hiciera una profesión de fe. Grebel y Blaurock se convirtieron en predicadores itinerantes por los alrededores de Zúrich, bautizando a hombres y mujeres adultos y realizando sencillos servicios en las casas y los campos. En 1526 el consejo comunal de Zúrich decretó que fueran ahogados todos los anabaptistas.

Un pequeño grupo de anabaptistas se instaló en Moravia bajo la influencia de Jacob Hutter + 15361. Estos "hutteritas" creían que la comunidad cristiana tenía que modelarse según el reparto comunitario de los bienes, y se organizaron en «casas-hermanas" (Bruderhofen). Los hutteritas eran pacíficos y rechazaban el servicio militar y el pago de impuestos, destinados específicamente a los ejercicios militares. Su trabajo duro y su estilo de vida austero los llevó a un cierto grado de prosperidad, pero la guerra de los treinta años ( 1618- 16481 les obligó a trasladarse a diversos países de Europa oriental, antes de emigrar finalmente a los Estados Unidos por el 1880. Los hutteritas practicaban el bautismo de los adultos, comprendían la sagrada comunión como un memorial y generalmente permanecían aislados de todos los que no compartían sus posiciones. Un grupo anabaptista de estas características, que daba importancia a la vida común, es el que fundó Menno Simons ( 1496 -1551) en los Países Bajos y en el norte de Alemania.  En esa época había distintas expresiones del anabaptismo: Una revolucionaria, originada en la predicación y bautismos de adultos realizados por el tejedor Nicolás Storch y sus compañeros Tomás Dreshel y Marcos Stübner; tuvo como defensor absoluto y destacado a Thomas Müntzer, que participó en la lucha de los campesinos contra los terratenientes feudales. Otra extremista, que protagonizó el levantamiento en la ciudad de Münster, encabezada por Jan Matthys y Juan de Leiden y propiciada por la predicación de Melchior Hofman. La unitaria, representada por la personalidad de Miguel Servet; por los Hermanos Polacos en Polonia; y por Ferenc Dávid y las iglesias unitarias de Hungría y Transilvania. La pacifista trinitaria, que surgió primero en 1525 en Zürich, bajo el liderazgo de Conrad Grebel en oposición a Zwinglio, se extendió luego a Austria, Alemania, Holanda y Polonia, donde otros líderes como Michael Sattler, Pilgram Marbeck, Baltasar Hubmaier, Hans Denk, Jacob Hutter, Ulrich Stadler, Dirck Philips y Menno Simons lograron consolidar pequeñas iglesias siempre sometidas a intensa persecución, tanto por católicos, como por protestantes y anglicanos.

Todos los Gobiernos prohibieron, amenazando con la muerte, que se bautizara a los adultos, y ordenaron la ejecución de cuantos anabaptistas pudieron coger. El duque de Baviera manifestó: "El que se retracte será decapitado, el que no se retracte morirá en la hoguera". Los anabaptistas fueron exterminados en Alemania, se retiraron a Holanda, y, en este país, fundaron iglesias. Uno de sus "profetas" pasó desde Holanda con su discípulo, un sastre llamado Juan de Leyden, a la ciudad alemana de Munster, que pertenecía a un obispo. Los artesanos, sublevados, habían obligado a los burgueses ricos a salir de la ciudad y se habían apoderado del gobierno. Los anabaptistas llegaron a ser dueños de Munster, la organizaron en comunidad regida por doce ancianos, a ejemplo de Israel. Luego, para imitar a los Patriarcas, establecieron la poligamia. Juan de Leyden se hizo coronar rey, como David, y tomó varias mujeres. El obispo de Munster, con la ayuda de los príncipes alemanes, sitió la ciudad. Los sitiados se defendieron largo tiempo, a pesar del hambre. Por último, Munster fué tomada por asalto. Juan fué hecho pedazos con tenazas calentadas al rojo, y sus restos, colocados en una jaula de hierro, se colgaron en el campanario (1535). No quedaron anabaptistas más que en Holanda.[5]

La investigación sobre los orígenes de los anabaptistas se ha viciado tanto por las calumnias de sus enemigos como por las vindicaciones de sus amigos. Fue muy habitual colocar juntos tanto a los anabaptistas de Munster como a los anabaptistas radicales relacionados con los profetas Zwickau, Jan Matthys, Juan de Leiden (también llamado Bockelson van Leiden, Jan de Leyden) y Thomas Müntzer. Aquellos que desean corregir este error tienden a sobre-corregir y negar todas las conexiones entre el principal movimiento anabaptista y su rama más radical. La era moderna de la historiografía anabaptista surgió de la labor del estudioso católico romano Carl Adolf Cornelius con la publicación de Die Geschichte des Münsterischen Aufruhrs en 1855 (La historia de los disturbios de Münster). El historiador baptista Albert Henry Newman (1852-1933), de quien dijo Bender que ocupaba "la primera posición en el campo de la historiografía de la América anabaptista", hizo una contribución importante con su obra "Historia de la lucha contra el paidobaptismo" (esto es, contra el bautismo de niños). Aunque existe un gran número de teorías referidas a los orígenes del anabaptismo, las tres principales son: (1) Los anabaptistas comenzaron con una sola expresión en Zúrich, y se propagaron desde allí, (2) Los anabaptistas surgieron a partir de varios movimientos independientes en varios lugares a la vez, y (3) Los anabaptistas son una continuación del cristianismo del Nuevo Testamento (o sucesión apostólica perpetua de la Iglesia). Los actuales anabaptistas surgieron como vertiente del cristianismo de la Reforma en el siglo XVI, en Suiza, Austria, Alemania y Holanda. En la Dieta de Espira, en 1529, católicos y protestantes se pusieron de acuerdo en perseguir a los anabaptistas. [6] En la actualidad hay en el mundo más de 2 millones de anabautistas de las denominaciones Menonita, Huterita, Amish y la Iglesia de los Hermanos.

            iv.        Juan Calvino

Juan Calvino (1509-1564) nació en Francia y su formación inicial la recibió en el College de la Marche y en el College de Montaigne (allí estudiaron Erasmo e Ignacio de Loyola) estudio derecho en la universidad de Paris y en 1532 se doctoro en Orleans. Con poco más de 20 años adoptó los puntos de vista de Lutero. Para entonces el pastor de origen francés Guillaume Farel, quien después de ser perseguido y apedreado logró la expulsión de la iglesia católica de Ginebra, se entero que Calvino en su viaje a Saboya pernoctaba en Ginebra, lo visitó y lo convenció de que permaneciese en Ginebra para realizar la obra que Farel reconocía superior a sus fuerzas. En Ginebra habían expulsado a los sacerdotes católicos, cerrado los conventos pero no sabían cómo organizar la Iglesia. Calvino ya empezaba a ser conocido entre los protestantes europeos como un hombre firme y enérgico, un gran teólogo y un buen organizador, y por esta razón fue llamado por los protestantes de Ginebra. Cuando Calvino llega a Ginebra, decide organizar una iglesia nueva, con sus puntos de vista religiosos, pero para ello tiene que controlar el gobierno de la ciudad; intenta dar órdenes al consejo municipal, y estos terminan por expulsarle de Ginebra. Sin embargo, sus partidarios convencen a las autoridades de Ginebra para que permitan el regreso de Calvino con la promesa de que no se entrometerá en el gobierno político de la ciudad. Así regresa Calvino a Ginebra en 1541, y durante doce años lleva a cabo una paciente labor para ganarse partidarios en el gobierno, aumentando su influencia en Ginebra hasta tener todas las instituciones bajo su control. Calvino al principio acepta las ideas luteranas, pero pronto se distancio de algunas, pues decía que Lutero había conservado demasiadas cosas de la Iglesia Católica. La doctrina más importante que Calvino predicó fue la Predestinación. Pero cuando Calvino está a punto de controlar el gobierno se produce la ejecución en la hoguera del español Miguel Servet.

Miguel Servet era un humanista español típico de la época del Renacimiento, tenía curiosidad por todas las materias desde la ciencia a la medicina pasando por la filosofía y la religión. Como muchos hombres de su tiempo estaba descontento con la Iglesia Católica y rechazaba la doctrina católica milenaria. Servet desarrolló sus propias ideas religiosas y llegó a creer que Jesucristo no había sido hijo de Dios, que sólo tenía naturaleza humana y no divina; esto era adoptar una corriente de los primeros siglos del cristianismo, que la Iglesia Católica había condenado por herética en el siglo IV y que todos los protestantes rechazaban con escándalo. Servet fue a estudiar a las universidades francesas y también en la de París, donde conoció a Calvino. Allí Calvino comenzó a tener un profundo odio hacia aquel español al que consideraba un peligroso hereje. A causa de sus opiniones, Servet tuvo que escapar de París, cambió de nombre y se instaló como médico en una localidad cerca de la frontera con Suiza; tuvo éxito como médico y llegó a adquirir una respetable situación económica y fue en esos años cuando descubrió la circulación de la sangre. Pero Servet seguía con sus inquietudes religiosas y escribió un libro sobre sus doctrinas acerca de Jesucristo, que hizo imprimir clandestinamente en una imprenta secreta. Pero Servet cometió el error de escribir a Calvino en Ginebra enviándole ejemplares de su libro, y Calvino en una carta lo denuncia a la Inquisición francesa católica. Sin embargo, Servet tenía amigos que le protegieron y ayudaron a ocultar su imprenta, y la Inquisición católica renunció a investigar. Pero Calvino envió las cartas que el propio Servet había escrito; las cartas eran una prueba irrefutable de que aquel médico era el español Miguel Servet.

La Inquisición católica condena a Servet a la hoguera pero la noche antes de la ejecución sus amigos ayudan a Servet a escapar. Servet no sabe la influencia política que Calvino tiene en Ginebra y comete el tremendo error de intentar refugiarse en esa ciudad, creyendo que allí estaría seguro. En Ginebra, Calvino lo reconoce y consigue que las autoridades de la ciudad lo detengan como hereje. Calvino quiere que se juzgue a Servet y se le queme en la hoguera, pero todavía no controla del todo el gobierno de la ciudad y el juicio de Servet se va a convertir en un pulso entre Calvino y los gobernantes de la ciudad que se oponen a él, pero finalmente Calvino se impone y Servet es condenado a la muerte en la hoguera, un ejemplo claro de la "inquisición protestante", que perseguía y ejecutaba a los que consideraba "herejes". La muerte de Servet, alejó de Calvino a una serie de protestantes europeos que se habían refugiado en Ginebra. Estos protestantes también tenían sus propias ideas religiosas, sintieron sus vidas amenazadas y escaparon de la ciudad; el más famoso de estos refugiados fue Sebastián Castellion que desde el extranjero denunció a Calvino por la muerte de Servet defendiendo la tolerancia religiosa y el derecho del hombre a tener sus propias opiniones; Castellion es considerado el padre de la libertad de pensamiento en Europa.

Pero la muerte y el juicio de Servet le sirvieron a Calvino para hacerse definitivamente con el gobierno de la ciudad, los adversarios de Calvino fueron expulsados del gobierno municipal y algunos de ellos ejecutados. Ahora toda Ginebra obedecía las órdenes de Calvino. Muy pronto realizo cambios en Ginebra: se suprimieron todos los bailes, se prohibieron todas las canciones, se prohibieron todos los espectáculos y representaciones teatrales, se cerraron las tabernas y se prohibieron las bebidas y las borracheras, todos debían ser buenos cristianos a la fuerza. Toda Ginebra se convirtió en una ciudad calvinista dedicada sólo al trabajo y a la oración. Pero Calvino quería extender toda su comunidad cristiana por toda Europa y en Ginebra se fundaron escuelas calvinistas para todos los protestantes extranjeros que visitaban la ciudad; estos extranjeros debían regresar a sus países de origen y enseñar allí la doctrina calvinista. El más importante de estos extranjeros fue el escocés John Knox, que consiguió que toda Escocia se convirtiera al calvinismo; en Escocia los calvinistas recibieron el nombre de presbiterianos. Escocia fue el único país donde el calvinismo se convirtió en religión oficial, pero también llegó a ser mayoritario en Holanda y hubo importantes minorías calvinistas en Alemania, Inglaterra y en Francia; en Inglaterra los calvinistas recibieron el nombre de puritanos y en Francia se les dio el nombre de hugonotes.

             v.        La Reforma En La Gran Bretaña[7]

Aunque Inglaterra tenía un movimiento de reforma religiosa influído por las ideas de Lutero, la Reforma inglesa fue resultado directo de los esfuerzos del rey Enrique VIII por divorciarse de su primera mujer, Catalina de Aragón. La ruptura formal con el Papado fue organizada por Thomas Cromwell, principal ministro del rey; bajo la dirección de Cromwell el Parlamento aprobó la Ley de Restricción de Apelaciones (a Roma; 1533), seguida por la Ley de Supremacía (1534) que definía plenamente la jefatura real sobre la iglesia. Como arzobispo de Canterbury, Thomas Cranmer anuló el matrimonio de Enrique y Catalina, permitiendo que el rey se casara con Ana Bolena. Aunque el propio Enrique no quería hacer cambios doctrinarios, Cromwell y Cranmer autorizaron la traducción de la Biblia al inglés, y Cranmer fue en gran medida responsable del Libro de Oración Común, adoptado bajo Eduardo VI, sucesor de Enrique.  La Reforma recibió su forma final en Inglaterra durante el reinado de la Reina Isabel (1558-1603). Teniendo como base la liturgia establecida por el "Libro de la Oración Común" bajo Eduardo VI (1547-1543) y la confesión de los Cuarenta y dos Artículos compuestos por el Arzobispo Cranmer y por el Obispo Ridley en 1552, y después de que la Reina María (1553-1558) había fallado en restaurar a su país a la unión con Roma y a la Fe Católica, el predominio del Anglicanismo fue establecido en Inglaterra por Isabel. Los Cuarenta y dos Artículos fueron revisados y, como los Treinta y nueve Artículos de la Iglesia Anglicana, se convirtieron en 1562 en la norma de su credo religioso. La supremacía eclesiástica de la reina fue reconocida, un juramento para ese efecto (Juramento de Supremacía) era requerido bajo la pena de la pérdida de oficio y de la propiedad. Varios prelados y las universidades ofrecieron resistencia, la cual fue suprimida por la fuerza. La mayoría del bajo clero tomó el juramento, que era requerido con una severidad cada vez mayor a todos los miembros de la Cámara de los Comunes, a todos los eclesiásticos, abogados y profesores. En el aspecto externo, mucho de la antigua forma del culto católico fue mantenido. Después del fracaso del movimiento en favor de María Estuardo de Escocia, que se había escapado a Inglaterra en 1568, la opresión de los católicos ingleses continuo con una creciente violencia. Además de la Establecida Iglesia Anglicana estaban en Inglaterra los calvinistas noconformistas, quienes opusieron una organización presbiteriana popular a la jerarquía episcopal; al igual que los Católicos, ellos fueron muy oprimidos por los mandatarios de Inglaterra.

            vi.        La Reforma En Escocia

En Escocia la situación social y política dio un gran ímpetu a la Reforma, ayudada por la ignorancia y rudeza del clero (en gran medida resultado de los constantes feudos). La nobleza utilizó la Reforma como un arma en su guerra contra la casa real, la cual era apoyada por el alto clero. Ya bajo Jacobo V (1524-1542) los colaboradores de las doctrinas Luteranas (por ejemplo, Patricio Hamilton, Enrique Forest y Alejandro Seton, el confesor del rey, se volvieron Reformistas. Los dos primeros fueron ejecutados, mientras el último huyó al Continente). Sin embargo, las doctrinas reformadas continuaron encontrando nuevos adherentes. Con la muerte de Jacobo V, su hija y heredera tenía apenas 8 años. El oficio de regente cayó sobre Jacobo Hamilton, quien, a pesar de tener previamente sentimientos Protestantes, retornó a la Iglesia Católica y apoyó al Arzobispo David Beaton en sus enérgicas medidas contra los innovadores. Después de la ejecución del Reformista Jorge Wishart, los Protestantes formaron una conspiración contra el arzobispo, lo atacaron en su castillo en 1545 y lo llevaron a la muerte. Los rebeldes (entre ellos Juan Knox), acompañados por 140 nobles, entonces fortalecidos en el castillo. Knox se fue a Ginebra en 1546, abrazando allá el Calvinismo, y desde 1555 era el líder de la reforma en Escocia, en donde conquistó el dominio en la forma del Calvinismo. La confusión política prevaleciente en Escocia con la muerte de Jacobo V facilitó la introducción de la Reforma.

           vii.        Reforma En Los Países Bajos

Durante el reinado de Carlos V, las diecisiete provincias de Holanda permanecieron totalmente inmunes a la nueva doctrina. Varios seguidores de Lutero habían de hecho aparecido allí, y se empeñaron en diseminar los escritos y doctrinas Luteranas. Sin embargo, Carlos V promulgó edictos estrictos contra los Luteranos y contra la impresión y divulgación de los escritos del Reformador. Los excesos de los Anabaptistas evocaron la supresión de su movimiento por la fuerza y, hasta 1555, la Reforma encontró pocas raíces en el país. En ese año, Carlos V concedió Holanda a su hijo, Felipe II, quien residió en el país hasta 1559. Durante ese periodo el Calvinismo hizo rápidos avances, especialmente en las provincias del norte. Muchos de los grandes nobles y la muy empobrecida baja nobleza, utilizaron la Reforma para incitar al pueblo amante de libertad contra la administración del rey, los oficiales y tropas españolas y la severidad del gobierno. El descontento continuó creciendo, debido principalmente a las severas órdenes del Duque de Alva y a la sangrienta persecución conducida por él. Guillermo de Orange-Nassau, gobernador de la Provincia de Holanda, tenía como propósito, por razones políticas, asegurar la victoria para el Calvinismo, y triunfó en muchos de los distritos del Norte. Luego se puso a sí mismo a la cabeza de la rebelión contra el dominio Español. En la resultante guerra, las provincias del norte (Niederlande) consiguieron su independencia, después de lo cual el Calvinismo gano el predominio en ellas. En 1581, todo ejercicio público de la Fe Católica fue prohibido. La "Confesión Belga" de 1562, tenía ya una fundación Calvinista; por los sínodos de Dodrecht en 1574 y 1618, el Calvinismo recibió una forma fija. Los Católicos del país (alrededor de dos quintos de la población) fueron sometidos a una violenta supresión. Entre los Calvinistas de Holanda surgieron violentos conflictos concernientes a la doctrina de la predestinación.

         viii.        El Protestantismo En Francia

En ciertos círculos humanistas de Francia se originó en una temprana fecha un movimiento favorable a la Reforma. El centro de ese movimiento era Meaux, en donde el obispo Guillaume Briconnet favoreció las ideas humanistas y místicas, y donde enseñaban el Profesor Lefèvre de Etaples, G. Farel y J. de Clerc, que eran humanistas con tendencias Luteranas. No obstante, la Corte, la universidad y el Parlamento se opusieron a las innovaciones religiosas y la comunidad Luterana de Meaux fue disuelta. Centros más importantes de la Reforma fueron encontrados al Sur, en donde los Valdenses habían preparado el terreno. Aquí se dieron alborotos públicos en los cuales fueron destruidas imágenes de Cristo y de los santos. Los parlamentos en la mayoría de los casos tomaron medidas enérgicas contra los innovadores, aunque en ciertos lugares estos últimos hallaron protectores --especialmente Margarita de Valois, hermana del Rey Francisco I y esposa de Enrique de Albret, Rey de Navarra--. Los líderes de la Reforma en Alemania buscaron triunfar sobre el rey Francisco I, que por razones políticas era un aliado de los Príncipes Protestantes Alemanes; el rey, sin embargo, permaneció fiel a la Iglesia y suprimió a los movimientos de reforma en todas sus tierras. En los distritos del sudeste, especialmente en Provence y Dauphine, aumentaron los colaboradores de las nuevas doctrinas a través de los esfuerzos de Reformistas de Suecia y Estrasburgo, hasta que finalmente la profanación y el pillaje de iglesias llevaron al rey a tomar medidas enérgicas contra ellos. Después de que el Calvinismo se había establecido en Ginebra, su influencia creció rápidamente en los círculos franceses reformados. Calvino apareció en París como defensor del nuevo movimiento religioso en 1533, dedicó al rey francés en 1536 sus "Institutiones Christianae Religionis" y se fue a Ginebra en el mismo año. Expulsado de Ginebra, retornó en 1541 y comenzó allí el establecimiento final de su organización religiosa. Ginebra, con su academia inaugurada por Calvino fue un centro líder de la Reforma y afectó principalmente a Francia. Pierre le Clerc estableció la primera comunidad Calvinista en París; otras comunidades fueron establecidas en Lyón, Orléans, Angers y Rousen, las medidas represivas mostraron tener poco apoyo. El Obispo Jacques Spifamius de Nevers se convirtió al Calvinismo y, en 1559, París fue testigo de la asamblea de un sínodo general de Reformistas Franceses, los cuales adoptaron un credo Calvinista e introdujeron la constitución presbiteriana Suiza para las comunidades Reformadas. Debido al apoyo de los Valdenses, a la diseminación de literatura de la reforma desde Ginebra, Basilea y Estrasburgo, y al constante influjo de predicadores desde esas ciudades, los adherentes a la Reforma aumentaron en Francia. Con la muerte del rey Enrique II (1559), los Hugonotes Calvinistas aspiraron a tomar ventaja de la debilidad del gobierno para aumentar su poder. La Reina-Viuda, Catalina de Médicis, era una ambiciosa estratega, y siguió una política de servicio temporal. Las aspiraciones políticas pronto llegaron a estar entrelazadas con el movimiento religioso, que con eso asumió mayores proporciones y una mayor importancia. En oposición a la línea gobernante y a los poderosos y celosos duques Católicos de Guisa, los príncipes de la dinastía de los Borbones se convirtieron en los protectores de los Calvinistas; estos eran Antonio de Vendôme, Rey de Navarra, y sus hermanos, especialmente Luis de Condé. A ellos se unieron el Condestable Montmorency, el Almirante Coligny y su hermano Andelot, y el Cardenal Odet de Châtillon, obispo de Beauvais.

No obstante las leyes anti-clericales, el Calvinismo estaba logrando un constante progreso en el Sur de Francia, cuando en el 7 de enero de 1562, la reina-viuda, regente en nombre del pequeño Carlos IX, promulgó un edicto de tolerancia, permitiendo a los hugonotes la libre práctica de su religión fuera de los estados y sin armas, pero prohibiendo toda interferencia y actos de violencia contra instituciones Católicas, y ordenando la restitución de todas las Iglesias y de toda propiedad eclesiástica tomada de los Católicos. Volviéndose con eso sólo más audaces, los Calvinistas cometieron, especialmente en el Sur, revueltas y actos de violencia contra los Católicos, llevando a la muerte a sacerdotes católicos incluso en los suburbios de París. El incidente de Vassy, en Champagne, el 1 de Marzo de 1562, en el que el séquito del Duque de Guisa entró en conflicto con los Hugonotes, inauguró la primera guerra civil y religiosa en Francia. A pesar de que esta terminó con la derrota de los Hugonotes, ocasionó grandes pérdidas para los Católicos en Francia. Reliquias de santos fueron quemadas y saqueadas, magníficas iglesias reducidas a escombros, y numerosos sacerdotes asesinados. El Edicto de Amboise concedió nuevos favores a los nobles Calvinistas, aunque el anterior edicto de tolerancia fue retirado. Siguieron otras cinco guerras civiles, durante las cuales ocurrió la masacre del Día San Bartolomé (24 de agosto de 1572). No fue hasta la extinción de la dinastía de los Valois con Enrique III (1589) y con la accesión al trono de Enrique de Navarra (que abrazó el Catolicismo en 1593) de la dinastía de los Borbón, que las guerras religiosas alcanzaron su final con el Edicto de Nantes (13 de Abril de 1598); este confirió a los Calvinistas no solamente total libertad religiosa y admisión a todos oficios públicos, sino incluso una posición privilegiada en el Estado. Crecientes dificultades de naturaleza política surgieron y el Cardenal Richelieu proyecto a acabar con la influyente posición de los Hugonotes. La captura de su principal fortaleza, La Rochelle (28 de Octubre de 1628), finalmente quebró el poder de los Calvinistas Franceses como una entidad política. Más tarde, muchos de sus miembros regresaron al Catolicismo, quedando aún, sin embargo, numerosos adherentes al Calvinismo en Francia.

           ix.        El Protestantismo en Italia y España

Aunque en ambas tierras aparecieron seguidores aislados de la Reforma, ninguna organización sólida o extensiva apareció. Aquí y allí en Italia individuos influyentes (p. ej. Vitoria Colonna y su círculo) favorecieron el movimiento de la Reforma, pero deseaban que el mismo ocurriera dentro de la Iglesia y no como una rebelión a la misma. Pocos italianos abrazaron el Luteranismo o el Calvinismo (por ejemplo, Juan Valdez, secretario del Virrey de Nápoles). En las ciudades de Turín, Pavía, Venecia, Ferrara (en donde la Duquesa Renata favoreció a la Reforma) y Florencia podían encontrarse adherentes a los Reformistas Alemanes y Suizos, aunque no tan extremados como sus prototipos. El más prominente tuvo que dejar el país --Pietro Paolo Vergerio, que luego huyó a Suecia y luego a Wittemberg; Bernardino Ochino, quien huyó a Ginebra y fue más tarde profesor en Oxford; Petrus Martyr Vermigli, quien huyó a Zurich y estuvo subsecuentemente activo en Oxford, Estrasburgo y nuevamente en Zurich. Por la vigorosa inauguración de la verdadera reforma eclesiástica en el espíritu del Concilio de Trento, a través de la actividad de numerosos hombres santos (tales como San Carlos Borromeo y Felipe Neri), a través de la vigilancia de los obispos y de la diligencia de la Inquisición, la Reforma fue excluida de Italia. En algunos círculos fueron reveladas tendencias racionalistas y anti-trinitarias e Italia fue el lugar de nacimiento de 2 herejes: Lelio Sozzini y su sobrino Fausto Sozzini, los fundadores del Socinianismo. El curso de los eventos fue en España el mismo que en Italia. A pesar de algunas tentativas de diseminar escritos anti-eclesiales en el país, la Reforma no obtuvo éxito alguno, gracias al celo tenido por las autoridades públicas y eclesiásticas en contraatacar sus esfuerzos. Los pocos Españoles que aceptaron las nuevas doctrinas eran incapaces de desarrollar cualquier actividad reformadora en su tierra, y vivieron en el extranjero --p. ej. Francisco Enzinas (Dryander), que hizo una traducción de la Biblia para Españoles; Juan Diaz, Gonsalvo Montano, Miguel Servet, quien fue condenado por Calvino en Ginebra por su doctrina contra la Trinidad y quemado en la estaca.

El impacto espiritual de la Reforma
El protestantismo provocó un gran impacto en la mentalidad de los europeos del siglo XVI. Las ideas de Lutero habían abierto el camino de la libertad de conciencia, no sólo para la fe sino también para todas las facultades espirituales del hombre. Para muchos hombres la difusión de la religión protestante significó un cambio de actitud ante algunos elementos de su vida cotidiana. El cuestionamiento que hizo Lutero de la autoridad del Papa y de la jerarquía de la Iglesia de Roma significo para muchos príncipes, un reforzamiento de su autoridad laica y por eso la impusieron en sus Estados. Para muchos campesinos, las ideas de la Reforma justificaban la desobediencia al poder de los señores. Si el Papa era desafiado y sus juicios ya no eran infalibles para todos los cristianos, también podía cuestionarse la autoridad de los señores feudales. Sin que Lutero se lo propusiera, sus ideas influyeron sobre los campesinos, quienes disconformes con sus condiciones de vida, se rebelaron contra el poder señorial. La religión protestante también ejerció una gran influencia en las actitudes de los burgueses. La estricta moral protestante —enemiga de los lujos y de los despilfarros—, la práctica de una vida austera, la idea de que los hombres obtenían su recompensa o su castigo en la vida terrenal, eran principios que se adecuaban muy bien a las actividades de los burgueses.





[1] Biografía de Martin Lutero,  www.biografiasyvidas.com/biografia/l/lutero.htm consultado el 22 de junio de 2011
[2]  EnciCato, Reforma Protestante, http://www.mercaba.org/FICHAS/Enciclopedia/R/reforma _protestante.htm consultado el 22 de junio de 2011
[3]  Ulrico Zuinglio, http://es.wikipedia.org/wiki/Ulrico_Zuinglio, consultado el 23 de junio de 2011 
[4] Anabaptistas http://www.mercaba.org/VocTEO/A/V_anabaptistas.htm consultado el 23 de junio de 2011
[5] Seignbos Charles, Historia V, Los Anabaptistas http://es.wikisource.org/wiki/Historia_V:Los anabaptistas consultado el 23 de junio de 2011
[6] Anabtismo http://es.wikipedia.org/wiki/Anabaptismo  consultado el 22 de junio de 2011
[7] La Reforma, información de carácter general http://mb-soft.com/believe/tsnm/reformat.htm consultado el 22 de junio de 2011